Cultura

Ivi May Dzib

Dice que no lee las obras antes de ir al teatro para evitar los spoilers, dice que no va a ver una obra que ya vio, aunque sea montada por otro director, porque ya conoce la historia. Al final todo lo reducen a la fábula. Así vivimos las narrativas actuales, el espectador piensa que seguimos en el modernismo donde lo nuevo, la sorpresa y la vuelta de tuerca son los componentes de la vida ficcional. Se han olvidado de lo importante del montaje, de la puesta y elaboración de una narrativa independientemente de su soporte, una obra literaria no es solo su historia, sino su composición, al igual que las obras de teatro, el cine, la televisión, la radio, el cómic y toda narrativa que consumamos.

Ahora están de moda muchas series televisivas y películas de superhéroes, hay quienes se enojan si alguien cuenta algo relacionado a la trama;, incluso, en un cine de Hong Kong, una persona golpeó a otra que estaba a las afueras de la sala revelando lo que sucedería en la película. Hay quien amenaza con borrar a amigos de su Facebook si dicen de qué tratará la nueva película de los Vengadores; incluso, hay quienes en un tono que ya no se diferencia de la broma, asegura que matará o agredirá a quién se atreva a “espolear” la nueva película de los Vengadores o la serie Juego de Tronos. Como si la valía de una película se fuera al caño solo por saber de qué se trata, cuando por el contrario, ahí es cuando empieza la verdadera recepción de lo visto, el análisis.

Pero no es solo reducir a fábula el cine lo que había que reprocharle a los consumidores, sino también la idea que se tiene del séptimo arte, olvidan que están ante un espectáculo que no está reproducido en vivo, sino que está grabado, de ahí que uno no se explique cuando termina la película a quién le aplauden. Hay espectadores que les gustó tanto lo que vieron que aplauden, pero no hay ninguna presencia a quien agradecer, ya que el espectáculo no fue en vivo, lo que vimos en la pantalla fue un corte y queda, escenas que se repetirán una y otra vez, nunca la emoción de una experiencia única e irrepetible.

No se trata de descalificar al espectador de cine, sino de entender que la naturaleza de la ficción va más allá de la historia, sobre todo cuando se trata de superhéroes o batallas épicas, ya que se casi siempre para eso se recurre a la fantasía de aventuras, un género de fórmula, donde si es cierto que está compuesto por los mismos elementos, cada autor nos muestra que hay una forma particular de abordar el género. De ahí que todas las historias parezcan las mismas, lo único que puedo decir es que hay momentos que conocer de qué va la historia nos ayuda mucho para disfrutar cualquier tipo de espectáculo, aunque usted no lo crea.

ivimayd@hotmail.com