Ivi May DzibApuntes de un escribidor
Antes de la era del internet y del auge de las redes sociales, podríamos decir que vivíamos felices en nuestra ignorancia; hay quienes piensan que la violencia es exclusiva de nuestros días, lo cierto es que no habíamos tenido la oportunidad de enterarnos en segundos de las muertes producto de la violencia, ni tampoco habíamos visto la reproducción inmediata de los videos de las masacres, secuestro, torturas asesinatos y linchamientos, la vertiginosa forma en la que nos enteramos de todo lo que sucede hace que reaccionemos ante las noticias del día a día, pero a veces la forma de reaccionar no nos ayuda a construir nada y, por el contrario, nos aísla y nos lleva al rencor, porque cometemos el error de querer cambiar la forma de pensar de millones.
Ante cualquier noticia siempre habrá alguien que tenga una postura contraria a la que se expresa en ella, por ejemplo, si se presenta un crimen cuyo móvil es el machismo y es evidente que el asesino sólo pretendía humillar y hacer daño, siempre habrá alguien quien defienda al agresor y cuestione a la víctima, justificando incluso el asesinato. Esto sólo da pie a que los lectores se enfurezcan por la falta de sentido común y es que esa es una constante en las redes sociales, la falta de sentido común que provoca enojo en los usuarios, al grado de ponerse al tú por tú con personas que hacen de la burla al dolor una fuente de diversión.
Hay temas delicados como el feminicidio, el abuso sexual, la violencia intrafamiliar y otros relacionados con la violencia a la mujer que se toman a broma, quizá lo más sano es hacer caso omiso, pero no faltan quienes toman estas reacciones viscerales por parte de personas que se burlan de las mujeres como algo personal e invierten mucho tiempo en responderles a estos personajes intentando “darles una lección”. Cuánta energía se invierte en discusiones sin sentido o en querer hacerle ver a alguien una realidad social que no le interesa.
También vemos que entre las nuevas formas de activismo está la exposición de cierto tipo de conductas, que si bien podrían ser reprobables terminan por ser actitudes de todo joven que no necesariamente marcan una forma de ser, por ejemplo, si alguien le grita a la novia o se expresa de manera machista acerca de ella con otro compañero de clase, se busca exponer esa plática para evidenciar al joven y aquí la pregunta es ¿cómo ayudamos a erradicar las prácticas machistas sólo exponiendo a personas que se comportan de acuerdo a una educación machista que han mamado desde la cuna y que potencializan con el consumismo capitalista? Se empieza a crear una dinámica en la que ella no puede enviar imágenes, porque son expuestas y él no puede hacer comentarios porque estos serán cuestionados.
Básicamente lo que estamos creando es gente que desconfíe en exponer sus emociones y sentimientos, gente que ya no quiera hablar, porque sabe que puede ser expuesto. Poner al tú por tú no resuelve los problemas de fondo, hay que crear nuevas maneras.
ivimayd@hotmail.com