Cultura

Junio, mes de la diversidad

Fernando Muñoz Castillo

IV y última

Durante mucho tiempo se habló de la literatura homosexual como un género literario, pero no lo es, como tampoco la literatura escrita por mujeres es un género, son literatura con temática homosexual o temática femenina. Claro que los extremistas, que muchas veces desconocen del tema a profundidad, insisten y defienden lo indefendible.

Por lo que sabemos, la primera novela del siglo XX con temática homosexual en nuestro país, la escribió Miguel Barbachano Ponce, fallecido en 1962: El diario de José Toledo y fue publicada en 1964 por la Imprenta Madero.

“Es la historia de la trágica vida de José Toledo, un joven de clase media que se ve involucrado en una relación con Wesceslao, quien lo abandona repentinamente, lo que causa gran tristeza a Toledo, de tal manera que a lo largo del diario se narra esta obsesión amorosa del personaje principal, misma que lo conduce a perder la cabeza y saltar por una ventana”.1

Hace algunos años, comenzó una discusión basada en que la primera novela con temática homosexual no es El diario de Miguel Toledo, sino 41 o El muchacho que soñaba con fantasmas, escrita por Paolo Po, seudónimo de Manuel Aguilar de la Torre.

Ambas novelas aparecieron en 1964, pero 41, lo hizo en enero o febrero de ese año.

La novela de Paulo Po, a pesar de ser muy mojigata, y tratar un tema muy similar a la de Barbachano, es más suelta en cuanto a narrar el mundillo gay de la Ciudad de México.

Décadas después, cuando comenzaron a abrirse las puertas a la literatura con temas sexuales, fue reimpresa.

Estudiada y analizada, esta novela es casi desconocida en Yucatán, de la misma manera que la novela de Raúl Rodríguez Cetina (+): El desconocido. Primera novela del escritor y que se menciona, pero no se conoce, ni tampoco nadie en Yucatán ha hecho un ensayo sobre ella.

En esta novela “cuasi biográfica”, Rodríguez Cetina narra la vida de un joven que se prostituye en la Plaza Grande de Mérida con turistas extranjeros. No podemos olvidar, que en las guías gay de la década de los años 60, se ponía a la Ciudad de Mérida como el paraíso para quienes gustaban del amor y del sexo con pubertos y adolescentes.

En la década de los 80 del siglo XX, un escritor, crítico e historiador de arte mexicano: Olivier Debroise (+), escribió una novela que se desarrolla en nuestra tierra y habla de un conocido polígrafo y estudioso de la cultura maya, fundador del primer museo de nuestra ancestral cultura. Me refiero a Luis Rosado Vega, hombre que estuvo ligado a movimientos políticos y literarios importantes: el Estridentismo y el Socialismo.

El nombre de la novela es En todas partes, ninguna (1984). Supuestamente, Olivier entrevista a Rosado Vega en el Hospital Agustín O´Horán, antes de morir olvidado por todos.

Muchas veces me encontré con el autor y le pregunté mis dudas sobre el tema. Y quedamos en tener una conversación más formal, la cual, obviamente, nunca sucedió, pues siempre me sacó la vuelta.

Mi interés era saber quién le había hablado de Rosado Vega, para saber qué era verdad y qué era mentira. La homosexualidad del personaje, era, para mí, bastante conocida. Pero quería conocer al informante o a los informantes.

Por deducciones rápidas, pienso que fue Monsiváis quien le conversó del tema y a este se lo contó Oscar Palacios que fue uno de sus muy amigos en Mérida.

Insólito resulta que en los 90 del siglo pasado, surja en Mérida, un poeta abiertamente homosexual, escribiendo poesía amorosa y erótica: Roger Metri Duarte.

Entre las escritoras y poetas existen muchas lésbicas, pero ninguna, que yo sepa, se ha atrevido a publicar un poema y menos un poemario o novela con temática homosexual.

A finales de la década de los 70, escribí una ficción ubicada en Mérida, el tema no es precisamente la homosexualidad, pero tiene personajes abiertamente gays. La novela fue premiada décadas después. Su nombre: Cuando sintió mi alma tu desdén.

A principios del siglo XXI, Bárbara Fox, una de las primeras transexuales yucatecas, escribió su biografía.

En estos momentos del siglo XXI, cuando la diversidad sexual es visible, no dudo que pronto veremos poesía, narrativa, novela y ensayos sobre el tema. Será interesante ver esto, ya que puede ser un “algo”, que mueva la estancada literatura peninsular.

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1.-uson.mx/digitalf/tesis/doc/20412/Capitulo 2. Pdf