Por Fernando Muñoz Castillo
V y última
Pero, su miedo era tanto que de repente comenzaron a negar que estuvieran representando a María y a Dolores, o parodiándolas. Y la negación llegó hasta lo risible cuando Jorge Carrillo dijo:
“Me ha costado muchísimo trabajo, ya que yo, por razones de generación o culturales, no he estado muy cerca de esa familiaridad vehemente que se crea alrededor de Dolores del Río y de María Félix”.
Esta declaración es una vacilada de loca, muy loca, sobre todo porque Jorge no era ningún adolescente en esa época, tenía 32 años, y además gustaba del travestismo dentro y fuera del escenario, así que es obvio que sabía de la “idolatría” gay hacia estos íconos del cine mexicano y mundial en ambos casos.
Y a pesar de negar saber de las divas, su creación de María Félix fue una copia calca de María Félix la estrella y actriz.
Todos quieren esquivar el bulto y la ira desatada de la Gorgona mayor llamada María Félix, tal y como la sueña Juan Ibáñez, en alguna escena que muchos llaman “surrealista” y más bien es infra realista.
Ignacio Hernández declara a Federico Campbell para “Proceso”:
“Se nota buena voluntad de mi parte. No se pretende injuriar a nadie. Estamos en todo momento tratando con dos divinidades, dos mitos nacionales: dos núcleos que concentran muchos de nuestros valores inconscientes como mexicanos. Además, no es María Félix ni es Dolores del Río. Sólo alguien con una maldad manifiesta podría decir que lo son. En la obra se expresa que no es una imitación de tu vida.
”Nunca intenté una farsa. Estaba muy sorprendido de que la gente se riera en momentos en que yo no me lo esperaba. El melodrama es total, casi de llanto contenido, pero como son hombres, la dimensión es otra. María Félix vendría siendo la brava mujer mexicana y Dolores del Río sería la receptiva, la araña en su tejido, casi más perversa que la otra: dos extremos que finalmente dialogan, dos formas de ver el mundo”.
Si en Harvard, fueron afroamericanas las que representaron la obra, en México eran dos travestis, además declaradamente militantes de la liberación gay. María brincó sobre el libro repetidas veces, luego lo destrozó con saña después de echarlo al caldero, lo meneó con furia y deseos de venganza.
El escritor Federico Campbell entrevistó también al hijo de la Doña:
“No conozco la obra. No sé nada de ella ni mi madre sabe nada. No sabemos nada, –dijo Enrique Alvarez Félix, el hijo de la actriz sonorense– ‘Sólo sé que Dolores del Río y mi madre son interpretadas”’.
–¿Sabías que los intérpretes son dos hombres?
–Me contaron, pero grosso modo. Mi madre actualmente está pasando por un periodo de recuperación, después de su operación. No creo que quiera decir nada. No creo que mi madre necesite que la dejen bien o mal en una obra, hay personas que ya pasaron la línea del Ecuador, ¿verdad? Están más allá. No necesitan de los nacos para ser alguien. Y son, aunque los de abajo les tiren de pedradas (…)”.
Un año antes de morir Dolores habló para el periódico “El Universal” en su departamento de Balboa Beach, en Newport, California. Aceptó que desde que Carlos había escrito “Orquídeas a la luz de la luna” a principios de los 80, le propuso participar en el montaje. “Nos confió que su máxima preocupación en aquel momento era dejar a la posteridad una imagen limpia y transparente de lo fue su vida pública y privada, ‘por lo mismo rechacé sistemáticamente todo aquello que empañara mi imagen, que la deformara o la haga verse como no lo es. Me negué a hacer lo que dañara mi prestigio limpio y cristalino, obvio fue, que me negara a hacer la obra de Carlos.
”Nosotros, con nuestra presencia en su casa, podíamos comprobar que la suposición escrita por Carlos Fuentes no era su realidad; María tampoco se encuentra en tales condiciones. Ella vive en París y México rodeada de amigos. Aceptar ‘Orquídeas a la luz de la luna’, es negar una realidad y echar por la borda la imagen positiva que hemos logrado’”.
Evelyn Gómez publicó el 22 de junio de 2015: “Orquídeas a la luz de la luna” es un espejismo de la realidad de estas dos grandes divas, así como una mofa dolorosa escrita por Carlos Fuentes (…).
Han pasado 33 años de su estreno el 20 de noviembre de 1985 en el Teatro Casa de la Paz de la UAM, en la Ciudad de México.
La palabra de María Félix: ¡MUJERUJO!, se ha ido deslavando, ya los dos integrantes del pleito han muerto, y el país, “que no memoria a largo plazo”, ha olvidado la palabra y lo que significa.
Al final del pleito ¿quién ganó?
Las obras de Carlos Fuentes siguen leyéndose y analizándose en todo el mundo.
Fuentes
- Suszanne Jill Levine. New York University. Revista Iberoamericana, p. 619.
- Crystal Chemris University of Oregon. Carlos Fuentes y el barroco. El caso de Zona sagrada, academia. Edu/15016148/-Carlos-Fuentes _y_ el_ barroco_ el caso_ de_ Zona: sagrada._ p. 1
- Iván Ríos Gascón. Ediciones B México, México, 2017, p. 151.
- archivo,eluniversal.com.-mx>espectáculos.