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Cultura

El informe

Ivi May Dzib

Por primera vez desde hace mucho tiempo el país no está bien por decreto mediático. En informes anteriores desde meses antes se desplegaba una publicidad impresionante con carga al erario para hacernos creer que el país iba mejor y que se estaba trabajando por el bien de México; quién no recuerda esos molestos spots que veíamos en la televisión en cada corte comercial, en la radio de manera reiterada, en cines, en los videos de Youtube y en toda la red, además de espectaculares que estaban por toda la ciudad y en el transporte público, ahí nos decían que pese a la impunidad y corrupción estábamos mejor que nunca y luego se hacía una gran fiesta donde se tiraba la casa por la ventana mientras el país seguía siendo una gran fosa clandestina.

Ayer fue todo diferente, con toda la austeridad que se debería de tener, sin tratarnos de convencer con una publicidad engañosa de que ya todo estaba solucionado, incluso habrá quienes ni se enteraron que ya se realizó el Informe de gobierno debido a que hubo discreción y no un derroche de dinero.

Se informó cómo está la situación actual y no faltó, como siempre, quien exigió de manera airada la renuncia de López Obrador, ya que se argumenta que en un año se tuvo que haber resuelto todo la herencia de administraciones pasadas, porque se dice que ya no es viable el pretexto de que lo mal que está el país es culpa del PRIAN, argumento cínico que no quiere dimensionar lo que toda una época oscura significó para el presente de México. El punto es que Andrés Manuel López Obrador llegó a este informe sin el apoyo de las televisoras y de las revistas, ya que decidió no regalar el dinero a las mismas empresas que se encargaron en el pasado de propagar campañas de engaños. También llegó a este informe rodeado por un grupo de poder que se encargó sin escrúpulo alguno de propagar noticias falsas, sólo con el afán de que el presidente perdiera credibilidad. Vivimos en una época donde a las personas ya no les importa leer, o al menos comprender lo que leen, de ahí que una noticia falsa, más que para informarse, les sirve a los detractores para que puedan corroborar que están en el camino correcto.

A estas alturas del partido uno sólo puede pensar ¿Qué ganamos nosotros si pierde López Obrador? Porque si es cierto que hay activistas que están en desacuerdo con algunos proyectos del presidente, ya que atenta contra lo que han jurado defender; el desacuerdo que en cambio tienen otros raya en la demencia, porque si piden que AMLO deje el poder ¿quién quieren que lo sustituya? ¿Un panista, un priista, un perredista, alguien de movimiento ciudadano? Porque no es posible que quieras que salga uno sin sustituirlo con otro. Es ahí que cuando alguien dice cualquiera menos él, entendemos que más que el bien del país, lo que se quiere es que regresen los viejos tiempos del derroche.

Si se quiere estar en contra del gobierno, más que de AMLO, tendríamos que estar en contra de un sistema político que no nos ha dado verdaderas oportunidades, mucho menos democracia, pero ante la falta de imaginación y atrevimiento sólo se puede apostar por estar en contra del gobernante en turno, porque no hay que negar que es visible que muchas cosas están cambiando, que el rostro es otro, que no hay fiestas donde se simule con vino y manjares que este año vamos al alza.

Hay que sentirnos orgullosos de la austeridad, pero también hay que sentirnos orgullosos que la autocrítica permite identificar cuándo apoyamos más a un partido que al rostro de millones de personas que luchan porque este país les haga justicia.

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