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Cultura

Décimas cubanas; imagen visual

Salvador Baeza Heredia.

Últimamente he tenido la oportunidad de ilustrar una larga serie de décimas cubanas, lo cual ha sido una experiencia enriquecedora para mí. El desarrollo de esas ilustraciones contiene a mi vista varias lecturas: creo que la más importante radica en la colaboración mediante el periodismo para hacer posible una comunicación artística (literatura y dibujo) cotidiana. Lo anterior en alguna medida a partir de la coautoría de mi trabajo al lado de la palabra escrita de estas décimas; me parece que constituye un buen ejercicio periodístico tal vez digno de atención y una actitud editorial ejemplar de POR ESTO!

Existe otro aspecto importante, sin embargo, es de índole personal, ya que he tenido que adentrarme en la historia de Cuba, en las maneras de ver, de sentir y de expresar el mundo de la isla a través de esa forma de literatura nutrida, con el paso del tiempo, del sentir popular, lo cual significa por sí mismo una serie de conocimientos valiosos para mí.

Poetisas y poetas, anónimos, populares y laureados de la isla, hacen de la décima una fuente que nutre la imaginación que acompaña a la música popular cubana. Creo que de ese manantial de autores cubanos nace una vastedad de música que posee influencia y reconocimiento global.

Leer el conjunto de décimas me acerca un poco a la contemplación de la historia de Cuba; historia que es desde siempre para los pueblos de Latinoamérica y que queda bien expresada literariamente, en mi opinión, dentro de la época moderna en la obra de autores importantes, por ejemplo de Nicolás Guillén, de quien ya he ilustrado algunas décimas.

Por la época de la Guerra Fría se escriben y se publican obras en un contexto continental; literatura del calibre de Concierto Barroco, de Alejo Carpentier, Cien años de Soledad, de García Márquez, o el Pedro Páramo, de Juan Rulfo, que entre otras obras y autores afinan el concierto latinoamericano moderno de las letras. Con las anteriores referencias literarias, esta literatura se puede ya definir latinoamericana y –a contracorriente de los deseos imperiales– a la propia literatura latinoamericana aún dentro del modelo colonialista cultural vigente hasta hoy día para nuestros pueblos. La Revolución cubana influenció, en gran medida con su literatura, a partir de las ideas, a toda una América Latina revolucionaria e insurrecta.

A partir de leer e ilustrar estas décimas he pensado que cada etapa histórica tiene sus maneras y sus estilos para expresarse mediante las imágenes visuales. Tales imágenes coinciden en personalidad con la literatura o con la filosofía de su tiempo; de tal manera que tengo a mi disposición como ilustrador un bagaje formal de obras básicamente de corte popular y también de recursos artísticos para presentar ideas claras sobre lo más relevante en cada décima que se me encomienda ilustrar y que yo considero interesante de la literatura “convertido”, “congelado”, ilustrado a partir de conceptos sencillos de entender mediante un dibujo esquemático y presentado en forma digital; para ser así ejemplos de gráfica digital las láminas producidas y publicadas. Unidas la literatura y la llamada figuración, ojalá el público también relacione la palabra escrita de estas décimas con la imagen visual.

Diariamente entre mis manos, literatura e imagen visual me ha llevado a reflexionar sobre el asunto un tanto fuera del contexto de las décimas cubanas. Por un lado, me parece un camino muy antiguo desde donde viene ese acompañamiento impreso; para Occidente, a partir de ilustraciones de las Santas Escrituras: ilustrar con fines de adoctrinamiento. Ilustradas las Santas Escrituras resultaron más sencillas y comprensibles para el pueblo europeo de la Edad Media.

Para la tradición antigua mexicana y maya también data de fechas muy viejas el camino labrado por la palabra escrita que para ese mundo antiguo es imagen visual: en forma de códices o libros, de esculturas y en ejemplos de cerámica; son muy pocos los códices o libros conservados de la era antigua, a lo sumo 13 códices repartidos en el mundo que datan de antes de la llegada de los europeos, según los entendidos. El contenido de esos códices, a mi parecer por sí mismos tiene relevancia estética, siendo sus conocimientos e información de carácter múltiple: histórica, filosófica, poética, religiosa, política, comercial, militar entre otras informaciones y conocimientos transmitidos de esa manera.

He recordado curiosamente al estar trabajando en el proyecto de las décimas, a los “cuentos” que leía y veía en mi infancia: Los agachados, Los supermachos, Los sspersabios, La familia Burrón, Chanok, etc…(Actualmente se hacen cómics y novelas gráficas) Recuerdo esas antiguas lecturas en esta circunstancia porque me parece que fue importante leer con “monitos” –textos ilustrados– en aras de ir adquiriendo el hábito de la lectura para la literatura –cuento, novela, poesía y filosofía– en específico, no cualquier tipo de lectura.

Una consideración final con respecto a las décimas cubanas, es mi preferencia como lector y en el momento de ilustrar las ideas y los sentimientos de las autoras cubanas creadoras de décimas muy poéticas.

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