Síguenos

Volver

ÚLTIMA HORA

México

CDMX ya acumula 10 sismos en lo que va del día, 9 de ellos de los llamados microsismos

Volver

Cultura

Pilar Faller MenéndezNumerosos países europeos realizan exposiciones de su arte

El término “celta” en las últimas décadas ha sido cuestionado, ya que éste tuvo sus orígenes a partir de una teoría lingüística del siglo XIX, en la cual la arqueología formaba parte de los textos escritos, así como la evolución de la lengua y su desarrollo histórico, y como bien denunció Tolkien, escritor británico, filólogo lingüista, ésta cultura se llenó con proyecciones nacionalistas y mitos románticos, con fuentes clásicas sesgadas, así como los aportes de los nuevos datos arqueológicos que sugieren que los que se tenían no eran del todo reales, a partir de los pocos testimonios “célticos” que se han podido recabar.

Los escritos de Hecateo de Mileto y Herodoto, escritores y geógrafos griegos hablan sobre los pueblos de esta cultura, y fueron nombrados como keltoi en griego, o celtae en latín, y habitaban durante la Europa de la Edad de Hierro, entre Iberia y el alto Danubio del Río Rin al Po, los cuales compartían una serie de rasgos comunes como los orígenes de su lengua, su mitología, la vocación guerrera y su sociedad estratificada. También compartían sus técnicas metalúrgicas, sus trazos urbanísticos, rituales fúnebres, cosmología religiosa y ciertos personajes y acciones que fueron tomadas en cuenta por los autores griegos y romanos posteriores a Hecateo y Herodoto.

La cultura de los celtas no deja de ser un misterio, a pesar que se han aumentado los estudios históricos de esta cultura desde mediados del siglo XIX y gran parte del siglo XX. En algunos libros se menciona a los celtas, como los del navegante y explorador griego Piteas de Massalia, que durante sus viajes se encontró con las islas de los albiones y los irerne, pero no fue del todo creíble su relato, ya que Platón criticaba el vicio que tenía de beber tanto vino, y Aristóteles su afición homosexual, la cual no está relacionada con sus hallazgos, que posteriormente fueron confirmados por Diódoro de Sicilia en el amplio retrato de los celtas que realizó y en el cual se relatan los mitos que descendían de Polifermo y Galatea, o de Celto, quien fuera hijo de Hércules y Celtina, la hija del rey Bretanno o Británico.

Lucano, un poeta romano y Tácito, historiador también romano elogiaban a los celtas como unos “nobles salvajes” que deberían de servir como modelo a los romanos que resultaban ociosos y buscaban la comodidad. A los filósofos ascetas, seguidores de Pitágoras, se les comparaba con los sacerdotes celtas conocidos como druidas. Los historiadores romanos sentían temor y prejuicios contra estos fieros “bárbaros”, en tanto que Posidonio de Apamea, y también Julio César, que vivieron entre ellos han dejado un legado de estudios etnográficos más ricos y equilibrados de los que actualmente se poseen.

Al llegar la modernidad fueron editadas, traducidas e impresas, numerosas fuentes clásicas, así como la arqueología primitiva, el método histórico-crítico, los inventos y recopilaciones literarias que datan de los siglos XI al XIV. También se imprimieron los mitos nacionalistas con influencias imperialistas y antigermánicas, motivo por el cual los “celtas” fueron incluidos en los libros de la historia europea.

Entre las muchas teorías actuales sobre el origen de los pueblos célticos, sobresale la del arqueólogo y celtólogo inglés Barry Cunliffe, quien defiende el origen del surgimiento de una “lengua” franca entre los pueblos indoeuropeos con los que podría decirse que estaban relacionados por el intercambio comercial y cultural que tenían en la franja atlántica de Europa, y que posteriormente se fueron expandiendo en las eras del Neolítico y la temprana Edad de Bronce al centro del continente.

Este sistema de civilización tuvo su apogeo con la navegación y colonos fenicios. Antes de separarse de los pueblos célticos asentados en la península ibérica, que posteriormente se “mediterranizaron”, fue que aparecieron las primeras inscripciones célticas con caracteres fenicios, aunque los que habitaban en el norte continuaron su desarrollo por su cuenta, como en las lejanas Hibernia y Caledonia, Irlanda y Escocia, nombres con los que se les conoce actualmente, tierras a las que nunca llegaron los romanos.

A pesar de lo anteriormente expuesto, sobre lo poco que se sabe de la cultura celta, son numerosas las películas que se han centrado en el tema celta, como los dibujos animados de “Asterix”, que tiene siete. En la lista de filmes pueden incluirse el clásico de la saga arturiana “Excalibur”, del director John Boorman; “Lancelot du lac”, del director Robert Bresson; “Camelot”, de Joshua Logan, y “Druidas”, dirigida por Jacques Dorfmann.

Otro film es “Tolkien”, del director neozelandés Peter Jackson, aunque existen tres versiones anteriores basadas en la misma obra. “El señor de los anillos”, de Ralph Bakshi, y dos cintas más que podemos añadir a la lista: “El retorno del rey” y “El Hobbit”.

SIGUIENTE NOTICIA

Opinión

Corral se Acorrala en el fallido Seguro Popular.