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Cultura

Reflexiones sobre el desierto literario en Yucatán

Conrado Roche Reyes

Que hablen de mí, aunque sea bien, pero que hablen.

El arte y oficio de hacer literatura en estos días es muy difícil de entender o defender. Prácticamente es nulo en Yucatán, actualmente, a excepción de la organización Escritores Comunitarios que, haciendo acopio de paciencia y tenacidad, van sacando sus textos quién sabe cómo, ya que los apoyos son escasos o simplemente no los hay. Podemos decir que estos guerreros de las letras se rascan solos con sus uñas, y aun cuando sea a duras penas, ahí van. Lo observamos en el último desayuno de esa cosa rara que es “El día del escritor”. De todos los comensales, supuestamente escritores, no creo que haya habido entre los invitados más de entre doce y veinte con obra publicada.

Este oficio es producto de una sociedad con una mentalidad en la que a la literatura no le veo continuidad ni defensa. Ahora muy pocos, en realidad, escriben para un público lector… Podría decir que muchos de ellos, que comenzaron con mucho ímpetu juvenil, son ahora profesionales de la burocracia cultural, que es una palabra muy difícil en la literatura y nada peyorativa, porque tiene que dar de sí todos los días en un algo que es un trabajo, y el trabajo dignifica…. Pero ya no escriben o casi no.

Se entregan preseas no por una trayectoria ni por ser fiel a un estilo durante muchos años. Esto no está tan valorado en estos tiempos cuando lo “moderno” abunda y se mete en nuestras casas y en nuestra vida diaria, lo cual a mí, me aburre tremendamente. A mí se me ha exigido y vituperado mucho, aunque escriba con mucha ilusión y cariño, y sufro porque a veces no me salen las cosas. Es una relación en la que me odian o me aman, lo que no es una situación agradable. Pero la cosa es así: la indiferencia es más preocupante, y a mí el silencio es lo que más me preocupa.

Otra cuestión son los medios, porque tienen que hacer una esfuerzo, ya que se supone es didáctica (como nuestro POR ESTO!). Entre otras cosas, yo siempre he odiado la política, pero cuando te ponen entre la espada y la pared, uno se defiende. Siempre la he odiado porque es lo contrario a la poesía. La política quiere igualar lo que en la naturaleza no existe. Somos desiguales y nunca me ha gustado, pero creo que la política de Andrés Manuel tiene lógica y es buena para la convivencia de todos los mexicanos.

Nota aparte.- De nuevo recuerdo a mis lectores fieles y detractores que yo, Conrado Roche Reyes, solamente soy responsable de lo que se publica en el periódico POR ESTO!, ya que de nuevo, de todas maneras gracias, eso quiere decir que me están leyendo. Me han informado que alguien o “alguiena” está usurpando mi nombre para calumniar o, de plano, con otro, atacarme y perseguirme.

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