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Abraham Sarabia ha trabajado los últimos años en el estudio de elementos de la naturaleza

Conocido en su gremio como Sueños o Dreams, Abraham Sarabia ha trabajado los últimos años en el estudio de elementos de la naturaleza que transfiere a universos paralelos. En ellos, coloca a sus apreciados y coloridos MONSTRUOS en paisajes dignos de guion de ciencia ficción o estudio psíquico de lo onírico.

Egresado de la Licenciatura en Artes Visuales de la Escuela Superior de Artes de Yucatán, el joven artista urbano relata que en su niñez comenzó a experimentar con el trazado de letras estilo graffiti en papel; ya en su juventud sus amigos lo invitaron a intentarlo frente a una pared.

Antes de ingresar a sus estudios superiores se halló en una encrucijada; fue uno de sus maestros de preparatoria quien le aconsejó no estudiar psicología y enrolarse en el área artística. Si analizamos brevemente este aspecto, notaremos que no es casualidad que las escenas donde habitan los monstruos, nos recuerden ambientes que solo en sueños se pueden imaginar. No niega tener influencias de temas o estilos, algunos de ellos van desde artistas urbanos de Colombia y México, hasta artífices como Salvador Dalí, Remedios Varo o El Bosco.

Ya en la ESAY participa en el Taller de Pintura, y con un bagaje icónico de caricaturas japonesas como Digimon o Pokemon, Abraham emprende un estudio morfológico de especies animales y vegetales. Algunos hongos junto con su capacidad para vivir en simbiosis con otros entes, fue aquello que culminó con su proyecto de titulación.

“Simbiontes. La reconstrucción del espacio a través de la pintura” fue la muestra pictórica presentada en 2019 en la Sala ESAY del Museo Fernando García Ponce; se integró por 26 óleos y dos murales elaborados con acrílico y aerosol.

Ahí conocí a Abraham Sueños, con quien nuevamente pude conversar hace uno días por vía telefónica. Me comentó que después de esa ocasión, consiguió retomar el graffiti pero acompañado de los seres que surgen de lo profundo de la imaginación, uno de ellos se encuentra en el municipio de Oxcutzcab y uno más en el fraccionamiento Santa Cruz Palomeque, de la capital.

“Después de la exposición, mi interés era seguir experimentando con los personajes. Quería mezclarlos con patrones metálicos o vegetales que pudiera plasmar en gran formato. Llegó la pandemia y lamentablemente no pude salir más”, me compartió.

Como decenas de artista en el estado, Sueños buscó una alternativa para sobrellevar la pandemia del Covid-19, siendo la ilustración digital el método más viable.

“Fue como el graffiti. Un amigo me compartió una aplicación digital; los primeros días no me agradó y lo dejé. Días después me preguntó y por su insistencia, lo retomé. En marzo cuando inició la contingencia, con mi celular practiqué. Tardé alrededor de quince días para concluir la primera pieza”.

Abraham comparte su experiencia con niños y jóvenes con discapacidad, dejó de tener contacto con ellos, pero lo retomó en mayo. Tuvo oportunidad de conseguir una tableta electrónica, lo que ha mejorado la calidad en imagen.

Espera que después de la pandemia pueda salir para continuar con la creación de obras de gran formato, lo cual asegura, le permite centrarse en el personaje y no en el paisaje como puede percibirse en su obra al óleo.

Antes de colgar la llamada, me dejó con una reflexión que en algunos puede cambiar la manera como se conceptualiza al monstruo:

“Siempre he pensado que monstruo no solo es el ser que nos puede dañar. Entre las personas suele haber monstruos, nosotros mismo solemos serlo en la forma como tratamos a los demás. Los que estoy realizando ahora, quiero que sean visibilizados distinto debido al tiempo en el que vivimos”.

Para conocer más de su labor, solo búscalo como Abraham Sueños en Facebook e Instagram.

Por Gibrán Román Canto

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