Como un espectáculo que “rompió” la tradicionalidad del teatro en Yucatán durante la década de los setenta, es como el actor Juan Ramón Góngora describe a Eugenio, la primera propuesta juvenil del ahora dramaturgo y director de escena, Fernando Muñoz Castillo.
A cincuenta años de ese instante, y que significó un parteaguas para las artes escénicas en la entidad, un grupo de actores y colegas, ha preparado un homenaje a través de la modalidad telemática, anteponiendo la salud como marcan los tiempos.
La adaptación libre de La Carpa Mágica y Acústica, pieza creada por Muñoz Castillo, será transmitida para todo el público en Facebook este sábado a las 8 de la noche, a través del evento “Homenaje a Fernando Muñoz por sus 50 años de trayectoria teatral”.
En entrevista para el periódico POR ESTO!, Góngora detalla que esta obra es una ante todo, “una vistosa pesadilla del adolescente Resortes Resortín de la Resortera, que tiene formato de espectáculo de carpa, y por medio de varios sketches, muestra un mundo ingrato para la juventud. Llena de crítica social”.
Para esta versión se sumó cada una de las interpretaciones de los personajes, grabadas con celular por los actores desde su hogar, y que posteriormente se sometió a un proceso de edición.
Parte del elenco son integrantes del grupo “Eugenio”: Carlos Bojórquez Urzaiz, Paloma Bello y Marisa Arrigunaga. A estos se suman la generación de la década de los ochenta, quienes hallaron un terreno ya “labrado” para la expresión teatral: Bertha Merodio, Lupita López, Raúl Uranga, entre otros.
Retomando al espectáculo Eugenio, Juan Ramón Góngora detalla que se caracterizó por desechar la escenografía, trabajar a cámara negra y anteponiendo la expresión corporal de los actores. “Parece simple, pero él fue el primero que lo hizo y causó todo tipo de reacciones”.
La propuesta de Muñoz Castillo fue una respuesta a los hechos ocurridos durante el Movimiento Estudiantil de 1968. De ella se generó el grupo Eugenio, que presentó performances en los que se empleó el body painting, y se fusionó disciplinas como la poesía, pintura y música. Todo bajo un recinto teatral, algo nunca hecho en Yucatán.
Por Gibrán Román Canto