Cultura

La historia oficial, primer filme latinoamericano en recibir el Oscar

Pilar Faller MenéndezPelícula argentina que narra los horrores de la dictadura

Hace 35 años, resultaba algo imposible que un filme latinoamericano ganara la prestigiosa y anhelada estatuilla del Oscar. Para la incredulidad de muchos, una película argentina titulada La historia oficial obtuvo esta distinción. La cinta cuenta la historia de un representante de la dictadura, el cual siente que el mundo se le está viniendo abajo, y una mujer que se dedica a la enseñanza de la historia en una escuela secundaria, quien tenía un marido metido en la guerrilla, pero que ambos hombres: el militar represor y el guerrillero se muestran prácticamente iguales. Fue protagonizada por Héctor Alterio y Norma Alejandro.

El público argentino le dio una gran acogida al filme, ya que en la época que se presentó mostró la recuperación democrática y los horrores que se vivieron durante la represión a través de sus personajes. Alicia descubre que la hija que adoptaron ella y su marido es hija de los desaparecidos del régimen y que de manera ilegal, fueron realizados los trámites de su adopción. Lejos de juzgarla, los argentinos de los años ochenta se sienten representados, y encuentran en la protagonista un testigo de los hechos tan dolorosos que se vivieron en ese país.

El director Luis Puenzo y la guionista Aída Bortnik contaron la historia del secuestro de tantos niños a través de una madre adoptante, en vez de contar la tragedia que en ese entonces vivían las llamadas Abuelas de Plaza de Mayo. En esos tiempos la Argentina, que se encontraba refundando un país democrático, necesitaba de una historia que representara a la sociedad que durante los años setenta vivió entre violencia hasta que ocurriera el desastre de las islas Malvinas, y La historia oficial era algo que el pueblo necesitaba en esos momentos. Fue una película pionera en tratar otros temas, como el de las relaciones abusivas y la violencia de género.

La película contó con un elenco sólido, que supo interpretar magistralmente escenas que requerían intensidad dramática, durante las cuales los personajes van expresando y mostrando su condición social e ideológica en todo momento. Debido a que fue filmada durante la dictadura del que fuera el último dictador de Argentina, Reynaldo Bignone, quien fuera condenado cinco veces por delitos contra la humanidad, fue financiada por el equipo de producción, utilizando como locación principal la casa de Luis Puenzo y su estudio como el local de las Abuelas de Plaza de Mayo.

Debido a su importancia, tanto por su trama que ha resultado una de las temáticas más polémicas en el cine argentino, como por el galardón obtenido, se ha realizado una edición especial, cuidando la fotografía de Félix Monti, para la plataforma Netflix, que permitirá que este filme llegue a muchos hogares y se dé a conocer una de las películas más importantes del cine argentino.

Probablemente, este relato sobre la historia de una familia que hace frente a la dictadura militar que se vivía en Argentina, hoy resulte para los mismos argentinos, no del todo real o con algunos sesgos políticos, pero en definitiva, el premio alcanzado, justamente en el décimo aniversario del golpe militar de 1976, y premios como el Globo de Oro, Premio del Jurado en el Festival de Cannes, el Cóndor de Plata en Argentina, así como galardones en los festivales de Toronto, Cartagena y Berlín, avalan su importancia, y el impacto que causó en una época en la que apenas Argentina se encontraba reestructurando su democracia.