Joaquín Bestard Vázquez
Somos tres beyhualenses que levantamos anclas en uno de los barquitos costeros que llamaban la flota mosquito. Nos agarró una tromba y nos perdimos un día en el mar que no contó en nuestro calendario, porque desde el alba hasta el anochecer estuvo nublado, surcando el viento huracanado y dando bandazos de aquí para allá hasta que en lugar de ir a Veracruz fuimos de puro milagro a dar a Coatzacoalcos y desde ese día Fredy decía “hoy es martes” y era lunes.
Se le perdía el día que estuvimos en el mar, dicen que nuestro cerebro trata de olvidar los días de apuro, mientras los de regocijo los fijamos bien.
Por ejemplo, quién olvida detalles del día que conoció a su chava y menos la fecha; hice una cita con ella para el viernes, así que hoy es jueves, viva la bachata y el despapaye, gallín. Mañana tengo que estar a las cinco bañadito y con muda limpia de ropa pa’que no se asuste con un olido de bisagras.
A ese galán le rugen las bisagras, es decir, los xiques.
Fredy