Cultura

Yaxkukul

José Iván Borges Castillo*

En el antiguo pueblo de Yaxkukul se escribió una crónica por uno de los mayas letrados y principales tras la conquista española, cuyo trabajo lleva el nombre de La Crónica de Yaxkukul y su autor fue Ah Macan Pech. Memoria escrita que da testimonio de aquel momento de choque entre dos mundos enfrentados y que refleja en todo el texto lo que el gran Miguel de León Portilla llamara la visión de los vencidos.

Habíamos llegado a Yaxkukul, las calles alineadas y los frondosos árboles en los solares de los vecinos daban a la vista una bonita estampa, hasta que entramos a la plaza principal, donde se encuentran las antiguas casas de los vecinos acaudalados, el parque, el palacio municipal de construcción muy particular, sede de poder del honorable Ayuntamiento, el venerable edificio de su iglesia antigua con su campanario del lado sur y espacios públicos, como una biblioteca y demás salas. Todo esto aparece ante los ojos del visitante, y aunque todos los pueblos de Yucatán resultan muy semejantes por el patrón que en ellos se pueden apreciar, realmente son distintos, llenos de propias particularidades y de una historia que los hace, por demás, interesantes y dignos de describir para satisfacción de sus moradores, lo que incrementa su orgullo e identidad.

Yaxkukul, ese pueblo rodeado de otras comunidades, un tanto cercano a Mérida, con sus aires de modernidad, es un pueblo cuya historia yace en el olvido, falta un cronista que nos revele su misterioso pasado y apoyado en la investigación nos escriba sobre aquellos hechos históricos locales y que también nos enriquezca con sus leyendas, que seguramente están vivas en la memoria de sus mayores.

El Chilam Balam de Chumayel nos refiere: “Yaxkukul. Tixkokob, Cucá… Ekol. Ekol es el nombre del pozo”. La mención del Yaxkukul en el Chilam Balam la encontramos en el llamado ordenamiento de la tierra, o sea, el sometimiento de los pueblos al poder de los Itzaes. Sobre la fundación de Yaxkukul no tenemos datos precisos, pero es evidente que se trata de un pueblo cuyo origen se dio en el asentamiento de familias campesinas mayas, que en busca de tierras buenas para sus siembras, se hayan asentado en ese lugar iniciando el desarrollo del pueblo. Su nombre nos habla del origen maya. Los diferentes estudios sobre la etimología han dado resultados a lo largo de dos siglos y debemos mencionar primero a Julián Troncoso que interpreta su significado: “Retoño verde o primer retoño; de yaax verde o primero y kuk retoño”. Otro es Manuel Rejón García con su trabajo de Etimologías Mayas, publicado en 1910, que refiere: “Nombre de un árbol de país, que como lo indica yaax tiene la hoja de un precioso verde esmeralda”. Mientras que el maestro Santiago Pacheco Cruz expone la relación de este nombre con lo divino, al escribir por Yaxkukul: “lugar donde se adora primero a Dios”.

Pero, al parecer, no se alejan de los significados más antiguos sobre el nombre señalado, por ejemplo, el Diccionario de Motul define este nombre como: “cosa de color verde fino”. Y por último, debemos escribir la interpretación dada por Antonio de Mediz Bolio, traductor del Chilam Balam de Chumayel, que concluye: “Yax kukul. ‘Verdes plumajes’. Nombre de una población aún existente en Yucatán”.

La plaza de Yaxkukul, el corazón geográfico del pueblo, está compuesto de varias bancas y un modesto parque bien pintado y pulcro, que nos habla del buen grado de educación de sus ciudadanos. Parado en la plaza, uno puede distinguir claramente cómo, en el centro, se ubican siempre el poder civil con el Palacio Municipal y lo religioso con la Iglesia católica.

¿Cuántos hechos del pasado ocurrieron en ese suelo, cuyo recuerdo se ha perdido en la densa bruma del tiempo pasado?

La historia apenas nos deja entrever algunos de esos hechos, momentos que marcaron su pasado en el concierto de la historia de Yucatán.

El pueblo de Yaxkukul perteneció al cacicazgo de los Ceh Pech, que al momento de la conquista pronto se alió con los españoles, por eso en las crónicas uno de los Pech se autonombró Hijodalgo y conquistador de Yucatán.

El pueblo fue colocado en encomienda, dado a Gonzalo Méndez, pero luego por sumar a sus tributos le fue quitado y se lo asignó, entre sus lotes de encomiendas, el mismo Francisco de Montejo “El Adelantado”.

Con la conquista hispana, llegó también la evangelización. La Iglesia Católica, la eterna aliada en la empresa de la conquista, llegó a Yucatán con sus hijos más humildes, los franciscanos, quienes fueron los grandes evangelizadores de estas tierras, ellos fueron los que llegaron hasta Yaxkukul a impartir los sacramentos, a dar el catecismo, a bautizar a sus naturales y a erigir un pequeño templo, al que se dio como patrona a la Virgen Santísima en su título de Purísima Concepción. Los franciscanos no se limitaron a la administración religiosa, ellos fueron los defensores de los pueblos de indios, también los que trazaron las calles a base de cordel y en línea recta, abrieron caminos y levantaron una torre, que aún permanece de pie, para el campanario.

El edificio de la iglesia fue primero una capilla de visita franciscana, dependiente del convento de San Bernandino de Siena del pueblo de Tixkokob; el cronista Fray Diego López de Cogolludo lo menciona: “Yaxkukul, la Pura Concepción”. El título de patrona se ha mudado con los años, es muy probable que en el siglo XIX, con la corriente fuerte de la fiesta a la Candelaria, la imagen de la Virgen de Yaxkukul fue modificada de Concepción a Candelaria y quedó como hasta ahora permanece, y en obvias razones el título de la Pura Concepción que sustenta la iglesia también cambió. Los cambios de advocaciones de la Virgen de Yaxkukul están aún vigentes y en Cuaresma se torna en Dolorosa; ésta práctica es muy antigua, pedagógica del catecismo de que la Virgen es una, pero sus títulos y nombres cambian.

El culto a la Virgen María se remonta a la época de la primera evangelización, cuando se tenía una cofradía de indios que organizaban su fiesta religiosa en el siglo XVIII, y aún vigente en 1782, contaba con un monte llamado Chacil, donde se sembraba y sus ganancias eran destinadas para el sostenimiento del culto.

El palacio municipal, sede del Honorable Ayuntamiento, es una construcción con especial característica, un aire neomaya, que nos parece encontrar en esos corredores del frente. 1942 parece ser año en que se concluyó la obra del mencionado edificio.

De próspera encomienda que fue, motivo porque se lo reservó para sí el mismo Adelantado Montejo, la población de Yaxkukul sufrió severas mermas durante los tres siglos de dominación española. En 1857, a sólo dos décadas después de la independencia nacional, el pueblo se había reducido a una muy pequeña población, sin embargo, la segunda mitad del siglo XIX le será benéfico al recuperar sus pobladores, lo que repercutió en ser elevado a categoría de Municipio Libre y Soberano en 1918.

Actualmente, reporta poco más de tres mil habitantes y apenas trescientas personas hablantes de la lengua maya. La principal labor actual gira en torno a la ganadería y la agricultura, aunque buena parte de la población se distribuye en diferentes oficios que se prestan en la ciudad de Mérida.

Su fiesta tradicional es en enero-febrero, en honor a su Virgen de Candelaria, hay baile de mestizos en vaquería y todo el aparato que los años añejos han agregado para hacer de esta tradición el factor de la devoción, de la reunión familiar y el regocijo popular.

Entre sus comisarías o localidades dentro de la jurisdicción municipal se encuentran: San Juan de las Flores, Hacienda Chac-Abal, San Francisco, Santa Cruz y Yaxcopoil.

Una de sus antiguas casonas convertida en expendio de bebidas alcohólicas se ubica en la plaza principal, tiene en una de sus puertas una tienda de esquina, donde pudimos refrescarnos con agua y comer unos panes ricos, seguramente fabricados ahí mismo en horno de leña y por un panadero local.

El pueblo de Yaxkukul es uno de los más pintorescos de nuestro Yucatán, tengo gratas estampas grabadas en mi mente de sus jardines domésticos, de sus callecitas limpias y de todo este conjunto que compone su vida cotidiana. Es famosa también la horchata casera que se prepara ahí y se vende al público con el nombre de horchata de Yaxkukul, con base en el arroz y la canela con delicioso sabor.

Falta escribir la historia del pueblo de Yaxkukul.

Mi agradecimiento al Periódico de la Dignidad, Identidad y Soberanía, el POR ESTO!, que bajo esta bandera nos permite compartir estas líneas bajo el título de Impresiones de viajero, a través de sus páginas y abona la identidad de nuestras comunidades yucatecas.

*Escritor comunitario.