Cultura

La habitación en Arlés

Fernando Muñoz Castillo

II y última

La convivencia de amor/odio propia de los adictos y además artistas se nota y el autor hace hincapié en ella en muchos momentos, hasta llegar al desenlace de la amistad cuando Paul le corta la oreja a Vincent.

Como si fuera un acto producto de los celos de Paul, porque nuestro pintor defiende a la prostituta Rachel, de la violencia sexual ejercida por Gauguin.

Durante la obra el personaje principal dice algunos fragmentos de las cartas escritas a su hermano Teo. Una de los momentos más clarificadores de lo que piensa el artista y con qué colores ve la realidad, es cuando le cuenta a Paul los azules que pide a su hermano le envíe a Arlés.

El final es una especie de testimonial de los tres personajes más importantes en la última jornada de vida de Vincent: Teo, Rachel y Paul.

Sencilla, pero directa, sin recovecos fuera de lugar, así es la obra de Manuel Araiza.

Sin embargo, nunca más que al principio, hace hincapié en esa actitud solidaria y humana de Vincent hacia los más desheredados de la sociedad de su tiempo. Dibujar este rasgo con más fuerza, nos dejaría entrever a un ser humano que por su compresión de los explotados, su espíritu lo hace un rebelde por antonomasia.

Rebeldía que se expresa en ir en contra de muchos de los parámetros sociales de su tiempo. Como ser humano, como artista y genio.

Las actuaciones son buenas, porque todos son buenos actores; tal vez a René Avila le falte proyectar mejor la voz, no subir el volumen, sino seguir en ese tono confesional, para que continuemos percibiendo que a cada uno del público nos cuenta sus sentires y pensamientos. Así que cuando tiene que gritar exasperado, no parezca que rompe la escena de manera exagerada.

Miguel Canto, como siempre nos sorprende con su trabajo actoral en continuo crecimiento y búsqueda de las posibilidades que enriquecen al personaje.

Asunción Haas es una actriz muy completa y profesional. En esta obra juega con su personaje de la mujer mundana, pasando por la ingenua que puede estar retozando sin sentido, mientras su diablillo pinta o discute con Paul.

Tony Baeza está en ese momento de que puede hacer crecer a su personaje, o quedarse allí, en ese espacio de confort que es cumplir bien con lo que el director le ha pedido. Sería triste que esto sucediera, ya que es joven actor que siempre sabe dar más de sí y de su personaje en todos sus trabajos.

Un aplauso a esta “teoría acerca de Vincent van Gogh.”

P.D. : Se habla del placer de trabajar por la noche, sin embargo, nunca se nos muestra su famosa pintura La noche estrellada.