Luis Carlos Coto Mederos
Son muchas las herramientas que utiliza el improvisador para agenciarse el favor del público. Algunos exhiben su bis humorística, otros explotan algunas circunstancias localmente sensibles, otros su rapidez en la elaboración de las décimas, su ingeniosidad, etc. No son muchos los que pueden improvisar décimas con un marcado valor literario, es decir, con un manejo admirable de todos los recursos idiomáticos: verdaderas obras de arte nacidas de su inspiración. El Indio Naborí es nuestro mayor exponente y Chanchito Pereira ocupó, sin duda, un lugar muy privilegiado entre los verdaderos poetas.
1793
Tema: La tristeza (2)
Francisco Pereira vs
El Indio Naborí
Francisco Pereira
Dicen que cuando pequeño
me cargaste sin llorar
y ahora yo debo cargar
con la cruz de tanto sueño.
Hasta el espacio trigueño
no me sirve de escondrijo,
porque después que el cortijo
le llevó luto a mi madre,
tú estás sin hijo y sin padre
y yo, sin padre y sin hijo.
Indio Naborí
Vine por la poesía
de las estrellas de ahora
y por la magia sonora
que tiene la canturía.
Vine por la cubanía
de Rubalcaba y Zequeira,
por el laúd de Silveira,
por tu risa, por tu llanto,
y por escuchar el canto
mudo del viejo Pereira.
Francisco Pereira
Para que escuches el canto
mudo de mi viejo muerto
traigo el corazón abierto
y sin bastón me levanto.
Yo sé que te afecta tanto
volver a tu juventud,
que sin quebrar tu salud
quiero que a mi lado vayas
por las doce guardarrayas
enlutadas del laúd.
Indio Naborí
El no está muerto, está aquí
y la poesía trunca
que sintió y no dijo nunca
está floreciendo en ti.
¡Cuánto te diré! Lo vi
cantador, audaz, sincero,
y, acaso, por el sombrero
que dejó solo y vacío,
en un raro frente frío
marzo regresó a febrero.
Francisco Pereira
En un raro frente frío
la tumba, suéter de tierra,
desde el otro día entierra
un cuerpo que es todo mío.
Pero la flor de tu brío
me da perfume en el huerto,
¿quién ha dicho que está muerto?
es savia, es raíz, es rama,
y no me muevo en la cama
por creer que lo despierto.
Indio Naborí
Tengo que resucitar
al viejo de tu garganta;
si quieres que viva, canta,
canta como canta el mar.
Invítalo a celebrar
serenatas por las calles,
las montañas y los valles
y él vivirá en tu lirismo:
no sé si será lo mismo
el día que tú te calles.
Francisco Pereira
Cantar, tengo que cantar
todo lo que sueño y pienso
porque un dolor tan inmenso
nadie lo puede callar;
Llorar, no voy a llorar,
eso es una transición.
Mi padre se fue al panteón
por una grieta compleja
a hacer la mejor pareja
con Francisco Riverón.
Indio Naborí
Si tu alma encontrar quisiera
a un padre perdido así,
búscalo dentro de ti
que no lo hallarás afuera.
Escudriña en tu manera
la manera que él tenía,
pues cuando a la tumba fría
a un ser querido llevamos,
sólo la vida le damos
haciendo lo que él quería.
Francisco Pereira
Cuando pretenda mi nido
buscar otro padre así
me abrazo a Adolfo Martí
que ha pasado inadvertido,
Hasta su mismo apellido
puede calmar mi dolor.
Tú tienes tanto de flor
y de palmera en mi llano:
español como Mariano,
isleño como Leonor.
Indio Naborí
Un día como este día,
Martí, me nació Noel,
y hoy el dulce niño aquel
treinta y nueve años tendría,
como en la fotografía
los años no lo envejecen,
porque los muertos no crecen
aún rodeados de cariños,
los niños que mueren niños
como niños permanecen.
Francisco Pereira
Por las tristes ironías
de los hombres disparejos,
los muertos nunca son viejos
y cumplen todos los días.
Tú sueñas las alegrías
de un Noel que se te ausenta,
Reyes goza los sesenta,
diríase un tiempo breve,
él tendría treinta y nueve,
mi viejo tendría setenta.
Indio Naborí
Benito Remedio fue
un rico terrateniente
que gustaba del ambiente,
de ron, décima y café.
En los cumpleaños de
sus hijos hacía fiesta,
allí tocaba una orquesta,
se tomaba, se comía,
mas no dio una canturía
tan profunda como ésta.