Cultura

Notas a pie de página (XVI)

Por Fernando Muñoz Castillo

1

Este período de recesión ha sacado como siempre lo mejor y lo peor del ser humano.

La solidaridad hacia los más necesitados la vemos en todos lados, en unos con bombo y platillo que tanto le gusta a los vanidosos y protagonistas y, en otros, en silencio, que es más efectivo, como debe de ser la verdadera solidaridad.

Los rumores asfixian de tan estúpidos que se vuelven: hasta los extraterrestres ya mandaron ayuda a la NASA y a Trump le dijeron que llegan el fin de semana, bailando chachachá. Pobre Maussan, le ganaron la partida los gringos.

Las verdades se dicen en voz baja, mientras unos y otros se insultan por sentirse unos y otros poseedores de la verdad absoluta. Como el dizque cómico que se metió un chile habanero entero en la boca y lo llevaron al hospital, ya que por poco se ahoga, y luego se ofendió cuando lo balconearon a él y a su hermana de haber obtenido dos becas del Gobierno estatal para los desempleados, cuando a ellos nadie los conoce como actores, sino como presumidos de sus cirugías faciales, de su piscina y sus lujos y que grabó un video mentándole la madre a quienes lo exhibieron como un farsante.

Las “piedradas” llueven, como el granizo que cayó en Dzilam, sobre los políticos, pues ahora resulta que todos son analistas políticos, líderes de opinión, versados en filosofía y arte, “influencers”, sabios y, sobre todo, “artistos”. Todas y todos han sacado a relucir sus mejores galas, aunque sean prestadas a Google y al Gran Larousse Ilustrado, o a los chismes de su vecina, que se los oyó decir al marido de su cuñada.

2

En los “súpers”, si llega alguien mayor de 60 años, no lo dejan entrar, o si entra, los empleados lo empujan y maltratan. ¿Qué hacer cuando no tienes a nadie que te haga las compras cada 15 o 20 días?

¿Y si no hay servicio a domicilio?

¿Te chupas los dedos gordos de los pies, en espera de que se vaya del planeta el COVID-19?

Todo es tan desagradable a veces, y si no que lo digan médicos, enfermeros y enfermeras de los hospitales a quienes les echan toda clase de líquidos además de improperios y otras cosas peores.

Mientras, ninguna autoridad municipal, estatal o federal pone freno a los precios en mercados públicos y “súpers”, que suben cada vez más alto que el globo del señor de la Cantoya y Rico. Es el auténtico silencio de Dios.

3

¿Qué sucederá en el siguiente mes de aislamiento?

Porque hoy resulta muy triste y penoso ver que los que presumen de artistas, intelectuales, creadores y cultos, sean los que más ruido hacen por la prohibición de alcohol. Droga seguro sus conectes se la llevan a sus casas. Por eso no dicen ni pío.

¿?

Lo peor es que con su actitud, alimentan el pensamiento del siglo XVIII y anexas, de que los bohemios son alcohólicos, drogadictos, promiscuos sexuales, flojos, sucios y malas personas que odian el orden y la justicia.

Ahora simplemente los funcionarios, tanto estatales como federales, dicen con sonrisa sardónica: el arte es puro “elegetebe”, está todo en manos de esos que se ponen peluca, se maquillan como payasos de camión y llevan barba, tacones y faldas, hablan como prostitutas callejeras y quieren ir a las escuelas a leer cuentos infantiles. Pobres niños, cuando los ven pegan de gritos y arrancan a correr pensando que ya llegaron los “tuchos” por ellos.

Siendo así, qué apoyo al arte ni que ocho cuartos.

Realmente es cierto aquello de: El carnaval de la prostitución espiritual engaña tanto, que prostitutas y clientes son pura mascarada.

Aquí aprendemos a pecar rezando, y también a rezar, cuando estamos adulterando.