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Cultura

Entrevista a Enrique Martín Briceño

Nuevo director general de la FILEY

José Miguel Rosado Pat

Muchos conocemos la trayectoria profesional del maestro Enrique Martín Briceño, quien ahora dirigirá la fiesta de la lectura más importante de Yucatán. Sin embargo, y si me lo permite, quisiera hacer de esta entrevista algo más íntimo, conocer a la persona y, por supuesto, también al funcionario. En ese sentido, ¿cuáles son las ideas que dan forma al pensamiento de Enrique Martín? ¿Qué es la “lectura” para usted? ¿Qué significados tiene para usted la palabra y la acción de “leer”?

La lectura es, para mí –me has pedido una respuesta personal–, ante todo, un medio y una razón para estar en el mundo. Leer –y me refiero sobre todo a literatura, pero también a ensayos y artículos sobre temas que me interesan– me es tan indispensable como comer o dormir. Leo por cuestiones de trabajo –libros, artículos, tesis, documentos diversos–, pero también por gusto –narrativa, poesía, teatro–. De hecho el amor por la literatura me llevó a comenzar la carrera de Letras Hispánicas en la UNAM y a inscribirme en la Facultad de Ciencias Antropológicas de la UADY cuando supe que se abriría la especialidad de Lingüística y Literatura en el ya muy lejano 1986. Por otra parte, estoy convencido de que leer –como asegura el pedagogo Paulo Freire– libera y que la lectura es la clave para salir del drama educativo que vive nuestro país. En todo caso, el hábito de leer proporciona poderosas herramientas para defenderse en la vida. No me refiero sólo al mejor rendimiento escolar de quienes poseen el hábito de la lectura –del que se derivan mejores oportunidades de trabajo, etc.–, sino a cosas tan sencillas como la atención a las etiquetas de los productos en el supermercado. Y no hace falta decir que no es tan fácil “llevarse al baile” a alguien que lee. En otras palabras, la lectura hace personas críticas, cuestionadoras, curiosas, creativas… Pero, sobre todo, la literatura –y las artes en general– nos acerca a inteligencias y sensibilidades humanas cuya compañía –Quevedo llamó a la lectura “conversación con los difuntos”– nos ofrece infinitas horas de placer.

¿Cuáles son sus recuerdos de infancia más vinculados con la lectura?

Creo que mis mejores recuerdos infantiles tienen que ver con la lectura. En mi casa no había muchos libros, pero desde muy pronto asocié la lectura con el deleite, pues el momento más esperado durante la semana era el de ir a comprar “cuentos” –revistas de historietas– el sábado por la tarde, y con frecuencia pedía y recibía libros como regalo. Julio Verne, Salgari, Conan Doyle, Mark Twain (Tom Sawyer y Huckleberry Finn), Stevenson (La isla del tesoro), Edmundo d’Amicis (Corazón, diario de un niño) están asociados en mi memoria con el ocio y el disfrute. Creo que nunca he leído tanto como en esa época, pues, como Cervantes, leía hasta los papeles de la calle: desde Teleguía y Selecciones del Reader’s Digest hasta Doña Bárbara y Alicia en el país de las maravillas. Luego, ya en la secundaria, fui algo más selectivo y me incliné por los clásicos de nuestra lengua: desde el Poema de Mio Cid hasta Lope, Calderón y Cervantes…

Maestro, he tenido el placer de conocerle por medio de un entrañable maestro y muy querido amigo, y por la propia canción yucateca, dígame ¿cómo surge este amor por la canción popular de Yucatán y sus géneros?

Esa es otra historia. Tiene que ver con la presencia en mi casa de discos de canciones yucatecas, con el aprendizaje en la primaria de algunas canciones de ese repertorio y con las clases de guitarra que recibí de niño y adolescente. Así fue como a los 15 años ya me sabía de memoria decenas de canciones populares yucatecas y del repertorio mexicano e hispanoamericano. Aquí vale la pena recordar que las letras de nuestras canciones son, en su inmensa mayoría, de poetas –como Luis Rosado Vega y Ermilo Padrón López–, por lo que también, de alguna manera, influyeron en mis gustos literarios. Acuérdate que Gabriel Zaid dedica varias secciones de su Ómnibus de poesía mexicana a letras de canciones y que los romances y gran parte de la poesía lírica de los Siglos de Oro se cantaban…

¿Qué lugar ocupará la ciencia en la FILEY? ¿Será complementaria o será primordial? ¿Dónde acentuará más la programación: autores, libros, actividades culturales, actividades académicas…?, ¿por qué?

La lectura de la ciencia no puede ser soslayada de ninguna manera. El Fondo de Cultura Económica la ha promovido entre los estudiantes desde hace muchos años. Ciertamente en México nos hace falta leer ciencia y los libros de divulgación científica deben estar al alcance de los niños y jóvenes a la par que los textos literarios. Ahora bien, de acuerdo con mi experiencia, lo principal es que el niño o la niña se enamore de la lectura, para lo cual es necesario acercarlo a los libros –de ciencia o literarios–, de tal manera que identifique la lectura con la diversión y no con la obligación.

La programación de una feria como la FILEY obedece a muchos factores, entre ellos las novedades editoriales, las propuestas de las instituciones y agrupaciones de la sociedad civil, los puntos de vista y relaciones de quienes la encabezan y asesoran… Pero el mayor énfasis de la FILEY se pondrá en actividades encaminadas al fomento y promoción de la lectura, especialmente entre la niñez y la juventud, pues es esa la línea que la distingue de otras ferias y la que puede alcanzar mayor impacto social. También tendrán mayor visibilidad las letras mayas contemporáneas, que viven un momento de florecimiento y deben ser conocidas y apreciadas. En general, se buscará más calidad que cantidad en las actividades y que sirvan al propósito de formar lectores.

Desde su perspectiva, ¿cuál es la relevancia de que esta Feria sea organizada por la Universidad Autónoma de Yucatán y no por otra institución educativa?

Por su nivel en las áreas de docencia e investigación, la UADY era la institución llamada a organizar esta feria (como la Universidad de Guadalajara tiene a su cargo la FIL). De tal modo, nuestra casi centenaria casa de estudios –indiscutiblemente la principal institución de educación superior de nuestro estado– ha hecho de la FILEY la más importante de sus actividades en materia de difusión cultural, enmarcada dentro de su programa de Cultura para el Desarrollo. Además, en ella participan muchas áreas de nuestra universidad, en forma relevante la Facultad de Ciencias Antropológicas, donde se imparte la licenciatura en Literatura Latinoamericana. A través de la feria, la UADY llega a decenas de miles de personas, cumpliendo una de sus funciones centrales e impactando en el desarrollo educativo, cultural y social de la región.

¿Alguna encomienda en particular respecto a los muchos retos que le esperan?

Una que me emociona mucho es la celebración del centenario de la Universidad Autónoma de Yucatán en 2022, en coincidencia con los diez años de la feria. Trataremos de que sea una edición a la altura de ambos aniversarios.

Sabemos que habrá un antes y un después de la pandemia, en cuanto a la dinámica de la vida humana, ¿hacia dónde irá encaminada su propuesta para llevar a cabo la Feria en el nuevo contexto que se aproxima?

Tendremos que adaptarnos a las nuevas circunstancias. Este año la FILEY, como otras ferias en el mundo, no se pudo realizar debido a la contingencia sanitaria. Otras ferias optaron por llevar a cabo programas virtuales (con presentaciones de libros, círculos de lectura y talleres en línea). Las ferias programadas para los últimos meses del año (Guadalajara entre ellas) enfrentarán desafíos inéditos. Creo que lo que ahora podemos avizorar es que, junto con las actividades presenciales habrá más actividades virtuales, y que las presenciales ya no podrán ser masivas. Obviamente, lo virtual no tiene el encanto de la interacción cara a cara, pero, finalmente, una presentación editorial, un conversatorio, una conferencia –a diferencia de una función de teatro o un concierto– no sufren tanto si se suprime lo presencial.

¿Es muy pronto para hablar de países o estados contemplados a ser invitados?

Bueno. Podemos referirnos a los que estaban previstos para este año: Argentina y Estados Unidos, como países, y Veracruz como estado. En principio, se reiterarían estas invitaciones. Posteriormente, me gustaría explorar países de lengua española, pues interesaría contar con su oferta editorial en la feria. Y hay ya un estado apuntado para 2022…, pero mejor no adelantemos vísperas.

Sabemos que la planeación de una Feria de esta magnitud no es algo de la noche a la mañana, sino que conlleva meses de anticipación, pero ¿podría darnos una probadita de autores, títulos y otros detalles que animen a la comunidad lectora de México?

El programa se construye anticipadamente, sí, pero todavía es muy pronto para dar detalles de la feria de 2021. Por lo menos, en este momento, tenemos la certeza de que estará con nosotros el aclamado Enrique Serna, quien recibirá en la edición de 2021 el Premio Excelencia en las Letras José Emilio Pacheco, que le fue conferido por la FILEY y UC-Mexicanistas para este año. Por supuesto, como lector, tengo muchos nombres de escritores –en español y otras lenguas– que me encantaría ver y escuchar en la FILEY, pero mejor no los doy para no hacer tomoj chi’.

Todo titular requiere de un equipo de trabajo que le acompañe en la consecución de los objetivos planteados, ¿piensa integrar nuevos cuadros a su equipo de trabajo?

En la medida en que el presupuesto lo permita, claro. Pero déjame decirte que, entre quienes forman el actual equipo de la FILEY, hay gente con gran experiencia y conocimiento cuyo trabajo es fundamental para que año con año pueda darse esta gran fiesta de la lectura.

¿Cuáles son los retos financieros a los que se enfrenta? ¿Ha contemplado otras fuentes de financiamiento además de las provenientes del sector público? ¿Cuál sería su postura y propuesta para que la iniciativa privada de todos los sectores, no sólo los de la industria del libro, se adhirieran a la FILEY?

Me hago cargo de la FILEY en un contexto general no muy favorable en este aspecto. Como sabes, las instituciones públicas de educación superior están pasando momentos difíciles en el rubro financiero. Uno de los retos es que puedan generarse más ingresos por concepto de venta de espacios publicitarios. Creo que la feria es un gran escaparate que se podría aprovechar mejor en ese sentido. Alguien decía de la FILEY que era “el Xmatkuil de los intelectuales”. Hombre, ¡qué bueno sería que la feria pudiera generar para la institución organizadora la cuarta parte de los ingresos de Xmatkuil!

La FILEY en 2022. ¿Cómo habría de referirnos a la Feria? (la visión).

El principal acontecimiento cultural de la región por la calidad de sus participantes y por el impacto social de sus actividades; una feria visible internacionalmente por su énfasis en el fomento de la lectura, la presencia de la lengua y la literatura mayas y el nivel de sus invitados.

Muchas gracias.

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