Cultura

Notas a pie de página XXIV

Fernando Muñoz Castillo

1

A nivel nacional se sigue diciendo que estamos en rojo en cuanto a la pandemia, que hay que cuidarse, pero sin embargo, mientras un sector está regresando a su trabajo, el resto de la población se siente ya destensada y comienza a salir, no siempre con tapa bocas ni con los otros aditamentos de protección.

La famosa sana distancia, es un mero formulismo. La mayor parte de las ocasiones nadie respeta nada.

Y creo que esto no es por tontería o “estupidez”, sino por no saber que esperar en realidad de todo lo que se asegura como veraz y por haber perdido la capacidad de selección, una de las primeras pérdidas con las que comenzó el siglo XXI. En esto tenía razón Umberto Eco cuando lo escribió a finales de la década de los 90 del siglo pasado. En su texto hablaba del italiano, pero se puede aplicar a todos la mayoría de los ciudadanos del mundo.

El encierro bajó las defensas de sobrevivencia. Y quedamos indefensos, inermes. Como hace mucho no lo estábamos.

2

Estuve leyendo la opinión de cinco hacedores de teatro de diversas partes del mundo, y en realidad, nadie sabe qué sucederá, con el teatro.

En lo que si se están de acuerdo, es en lo que escribí en otra Nota a Pie de Página: que lo que viene es un teatro sumamente social y político, al menos durante un buen tiempo.

La pregunta es: ¿están preparados los gobiernos de los países del mundo, para una oleada de teatro político y social?, sobre todo cuando la sociedad entra a un cambio político, económico y de reorganización como pocas veces hemos conocido en los últimos 100 años, ya que este cambio no tiene nada que ver ni con las grandes revoluciones del mundo en el siglo XX, ni con la gran depresión, ni con el quiebre generacional de finales de los sesenta, ni con las fuertes devaluaciones que se han sufrido en todo el planeta en los últimos 40 años.

Pero más que nada, ¿estarán verdaderamente capacitados los teatreros de nuestro país, para hacer un teatro político?

Sí, conscientes, informados, con las herramientas necesarias.

Indudablemente que hay grupos, dramaturgos y directores que hacen este tipo de trabajo. Pero no son mayoría.

¿Cuál será la respuesta televisiva oficial, la de las secretarías y direcciones de Cultura del país? ¿Seguirán existiendo? ¿Tendrán razón de ser? ¿Hay funcionarios culturales con esta visión de cambio? Aquí es cuando, tendremos que ver como ciudadanos y como sociedad de artistas, creadores e intelectuales la diferencia entre grillitos cantores y gestores, funcionarios y burócratas formados políticamente dentro de una acción de cambio.

Como decimos en Yucatán: ¡WAY!

3

Por lo pronto que la gente de la farándula comience a hacerse bola, como dicen los defeños. Y lo dicho y refrendado, es cuando el Teatro Regional de Yucatán, tiene el camino allanado para regresar por sus fueros ya casi perdidos. El pequeño grupo de verdaderos artistas en este teatro, tienen que sacar la casta, como los buenos toros, dirían algunos.

“Torero, torero, olé…”.