Cultura
El Booker Internacional pudiera tener nombre de mujer
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Redacción Por Esto!
18 de Jun de 2020
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Pedro de la Hoz
Un hecho inédito registra este año el premio Booker Internacional convocado en Inglaterra: cinco de los seis libros finalistas, según dieron a conocer los organizadores, han sido escritos por mujeres. De modo que cuando en agosto se proclame el título laureado, es muy probable que la distinción recaiga en una de las autoras.
Por cierto, una es mexicana, Fernanda Melchor, por la novela Temporada de huracanes, acogida por la casa Fitzcarraldo, en una traducción de Sophie Hugues, obra que en otro momento tendremos que abordar por su innegable impacto en las letras hispanoamericanas de estos tiempos.
La abrumadora presencia femenina no obedece a una maniobra intencional, pero revela una singularidad del ámbito literario prevaleciente en el mercado editorial anglófono: cada vez se hacen más visibles los valores de las obras escritas por mujeres en las que necesariamente no tiene por qué predominar el discurso de género. Ellas sientan cátedra por sí mismas, por la calidad intrínseca de la producción, por el calado de sus historias, por el interés que despiertan en editores y lectores, reflejados en las evaluaciones de la crítica.
Así lo hizo saber el presidente del jurado, Ted Hodgkinson al comentar la selección. Habló de títulos traducidos de cinco idiomas: español, alemán, holandés, farsi y japonés. Los autores favorecidos proceden de seis países y sus libros, dijo, “examinan la necesidad de la humanidad de comprender el mundo a través de la narrativa, ya sea compartiendo nuestras propias historias, entendiendo nuestras historias y orígenes, o procesando el trauma y el dolor”.
En lo que va de siglo XXI no hay galardón de los concedidos en Inglaterra más codiciado que el Booker Internacional para los escritores de otros países que circulan en el Reino Unido traducidos al inglés. Nació como un desprendimiento natural del Booker Prize, que desde 1996 exalta la mejor novela original en lengua inglesa de un creador perteneciente a los territorios de la Mancomunidad Británica (Commonwealth) y la República de Irlanda, publicada el año anterior a la convocatoria.
Pero como entonces quedaban fuera de consideración las obras traducidas de escritores de países no anglófonos, en 2005 fue lanzada por primera vez la versión internacional, bienvenida no solo por las casas editoriales sino también por los traductores.
Así que a la lista de pesos pesados merecedores del Booker –los ingleses John Berger, Kingsley Amis, Julian Barnes y William Golding; los sudafricanos Nadine Gordimer y J. M. Coetzze, ambos acreditados con el Nobel de Literatura; el nigeriano Ben Okri, los indios Salman Rushdie y Arundhati Roy, la canadiense Margaret Atwood, la irlandesa Iris Murdoch y el Nobel trinitario V.S Naipul–, se añadieron nombres ilustres de las letras a escala planetaria, incluyendo a estadounidenses que por no pertenecer a la órbita de la Commonwealth y responder a poderosas empresas editoriales de la nación norteña, hasta entonces habían estado excluidos. Con decir que el primer galardonado del Internacional fue el albanés Ismael Kadaré, considerado el mejor novelista contemporáneo del país balcánico.
Casi todos los recientes laureados poseen historia: el pródigo neoyorquino Philip Roth, fallecido en 2018; el israelí David Grossman, y la sorprendente polaca Olga Tokarczuk, que el Nobel de 2018 sacó de la nevera.
Los títulos en la liza del 2020 cuentan con pegada, de acuerdo a la caracterización del jurado. Tres de las novelas, La iluminación del árbol, de la iraní Shokoofeh Azar; Las aventuras del hierro de China, de la argentina Gabriela Cabezón Cámara; y Tyll, del único hombre, el alemán Daniel Kehlmann, se han inspirado en las historias de sus naciones, es decir, la Revolución Islámica de 1979 en Irán, la cultura gaucha en 1870 y la Guerra de los Treinta Años en Alemania, respectivamente. Cada uno de estos libros toma prestados mitos, leyendas e historias de origen preexistentes, pero reinterpretadas bajo sensibilidades modernas, que celebran la búsqueda de la libertad intelectual, la exploración de la identidad sexual y la supervivencia frente a los disturbios políticos y las enfermedades radicales.
Los otros tres títulos preseleccionados, Temporada de huracanes, de Fernanda Melchor; Memoria policial, de la japonesa Yoko Ogawa; y El malestar de la tarde, de la neerlandesa Marieke Lucas Rijneveld tocan cómo el trauma, ya sea a través de actos violentos o pérdidas emocionales, da forma a nuestras experiencias y enfoques del mundo.
De momento, las cábalas no colocan a una novela por encima de otra. Habrá que esperar a agosto.