Cultura

'Covidario Veinte Veinte”, poesía durante la pandemia

“Quien esté libre de juicios y prejuicios,

Lance el primer poema”.

Fer de la Cruz

El forzado encierro de ya casi tres meses ha hecho estragos en las almas de la gente. La desesperación y el insomnio se están haciendo casi tan terribles como la pandemia misma. Las almas privilegiadas de los poetas, con su cualidad de haber sido tocadas por las musas, no encuentran descanso como las de todos los demás; pero encuentran fértil salida en la estética actividad que les es profundamente inherente, son privilegiadamente creativas, y esa cualidad reservada a unos cuantos rinde frutos de calidad profundamente humana. La lira, y con ella la pluma, acicateadas por el encierro cotidiano y prolongado, va encontrando en la pandemia y sus consecuencias, causas y motivos para ser pulsada la una, y arrastrada la otra, y tornarse en poesía como final humano y superior. La pandemia, el encierro, la fe, la canción, el espejismo, se van pintando con el colorido traje que la metáfora les presta, y nos van alegrando el letargo del confinamiento largo y tedioso.

Fer de la Cruz es un poeta nuestro, de los creadores jóvenes de esta tierra en la que poesía y música florecen con la facilidad del Cunde Amor o el Juan Diego, que visten con sus colores nuestros muros, con una abundancia que asombra a propios y extraños. En ese jardín dilecto de los poetas la pluma de Fer ha destacado desde muy temprano y su estro ha cosechado ya algunos laureles de triunfo. En 2011 recibe el Premio de Poesía “José Díaz Bolio”, del Patronato Pro Historia Peninsular. En 2015 recibe el Premio Estatal de Literatura para Niños “Elvia Rodríguez Cirerol” y, apenas el año pasado, se le confiere el Premio Internacional de Poesía “Ciudad de Mérida 2019”. Es no tan sólo un poeta muy activo, sino que su inquietud le lleva a fomentar proyectos como la fundación de la Escuela Estatal de Escritores del Centro Estatal de Bellas Artes. Es miembro de varias agrupaciones de poetas, tanto locales como internacionales. A nivel local, pertenece al activo y pujante grupo “Atorrantes Escritores”, que aglutina distinguidas plumas creativas de nuestro solar. Más allá de nuestros linderos, es miembro del colectivo “Poetas sin Fronteras”.

En su haber, cuenta con más de veinte títulos publicados de poesía lírica y satírica, es de gran importancia en su producción, su literatura para niños es también un hábil y preciso traductor. Importantes casas editoriales le han publicado, como Dante, el Departamento de Extensión Cultural de la UADY, la Dirección de Literatura de SEDECULTA, la Dirección de Cultura del Ayuntamiento de Mérida, Maldonado Editores, E. G. Editorial y Pequeña Flor de Loto. Entre su inquieta actividad por la cultura, podemos señalar que es miembro del Consejo Directivo de la Mérida English Library; así mismo, es miembro del Consejo Consultivo del Patronato Pro Historia Peninsular. En el campo de la docencia ha incursionado fuera de nuestro estado e impartió cátedra en el Seminario de Escritura Creativa, en la Universidad de Q. Roo, campus Chetumal. Poeta activo y fecundo ha encontrado en este trance que estamos viviendo material para la creación y lira y pluma se han desatado a la par y nos ha sorprendido con una nueva edición, ahora en forma electrónica, debido a las circunstancias presentes, con un rico poemario compuesto por cuarenta poemas de lo más variado y reflexivo que viene a poner la nota artística y creativa al tedioso y forzado encierro de la pandemia. La creatividad de De la Cruz ha incursionado en este libro por un sinfín de temas y tópicos para ofrecer a su lector una poesía variada, amena y de profunda reflexión que nos pone a pensar en la situación que estamos viviendo, pero también se enfoca con una mirada escudriñadora en otros asuntos que le merecen atención y, sobre todo, una meditación profunda. El nuevo poemario lleva por título el muy sugestivo de “Covidario Veinte Veinte”, el cual no podía ser más apropiado para definir las circunstancias en las que fue concebido y escrito, a vuelo de pluma, pues su proceso de creación está totalmente circunscrito a este período de aislamiento obligado.

El autor, en el curso de sus poemas, nos va contando su visión y experiencias a partir del forzado encierro general. Los poemas de este libro tienen la extensión más variada que la imaginación pueda concebir, se han escrito en un lenguaje coloquial, pero enriquecido por signos, metáforas e imágenes. La estructura de los poemas, no está exenta de recursos retóricos y también del lenguaje, lo que les da una rica variedad en la expresión. Lo mismo encontramos referencias al antecedente de la pandemia que estamos viviendo, en el Decamerón de Boccaccio, que al Día de San Patricio, al Día Mundial de la Poesía, al aniversario luctuoso, compartido, de Shakespeare y Cervantes; están también presentes las fechas tradicionales que, este año, no pudimos celebrar; el sentimiento religioso, el que pone su fe en un porvenir mejor, también está presente en el poemario. Con una visión certera, casi profética diríamos, cierra la obra con un significativo poema: Temporada de Huracanes. El diluvio inesperado, copioso y sin antecedentes en nuestros lares, le otorga al poeta calificación de oráculo preciso y agorero. Es una obra poética redonda y muy bien lograda.

Usar el tiempo muerto en crear poesía es una actividad fértil y encomiable, publicar en estas condiciones de adversidad que estamos viviendo le pone un plus a la actividad creadora del poeta. Entre la lluvia, los caminos anegados, las goteras en nuestras casas, y la humedad que se extiende en todo nuestro ambiente, “Covidario Veinte Veinte” llega como una brisa fresca a llenar de flores el jardín de las letras locales.