Cultura

Brilla colorida la nostalgia tropical

Totoi Semerena, artista y diseñador meridano, ha dejado su huella en murales y portales del mundo
Especial

Roberto Cantoral volvió a recibir luz en el rostro el pasado 7 de junio, cuando se recordó su nacimiento. Uno de los buscadores web más utilizados en todo el mundo recordó al compositor mexicano de mano de un artista meridano. Él es Totoi Semerena, con quien POR ESTO! tuvo el goce de conversar. 

El Doodle conmemorativo fue un proceso cuidado, con calendarios precisos y, según cuenta Totoi, un descubrimiento. Durante tres meses, el artista, diseñador gráfico de formación, comenzó a “clavarse mucho en la idea en que el encargo era importante y que tenía que hacer algo que representara mucho, en este caso, a Roberto”, dice él. 

Comenzó así el proceso de “empaparse de sus canciones, de su obra”, una investigación que se convertiría en una de las imágenes más vistas durante el día en distintas latitudes. Cantoral, dice Totoi, “era un personaje muy importante, junto a Armando Manzanero. Los detalles de su carrera, de las canciones que lo representaban no sólo como intérprete, sino también como un compositor”, resultaron en poco más de 10 bocetos. El tiempo avanzaba, pero la prisa no era algo que persiguiera a Totoi, resaltó él mismo. El mes y medio dedicado a comprender el significado de su retratado comenzaba a tomar forma y vida. 

Llegó entonces el momento colorido. Totoi se “explayó en esta parte”, complementando y enriqueciendo las gamas. Google también participó en la conformación de una paleta de colores, pero esculpir la luz estuvo en manos del también muralista, dibujante y artista digital. Una vez que las decisiones habían sido tomadas, la creación de un Roberto Cantoral que sería visto por todo Internet fue “embarrar mantequilla en el pan”, dijo Totoi. 

Las cosas para él, como artista independiente, sin embargo, no fueron tan fáciles siempre. Totoi explicó que, durante la pandemia, “no caía chamba. Fue entonces que comencé a meter mis obras a concursos, pero mi gráfica no pegaba. No quiero decirlo en un marco de competitividad, pero eso me hizo sentarme y ver de lejos mi gráfica”. 

Si uno visita el perfil de Semerena en Instagram (@totoi_semerena) y busca publicaciones anteriores, será notorio un cambio significativo en el estilo de Totoi. “Poner mi gráfica en perspectiva fue como hacer de un lado todo lo que tenía en el escritorio para empezar a trabajar de nuevo. Sí, puede ser malo que no estés ganando estos concursos, pero a lo mejor está bien lo que estás haciendo, porque te gusta a ti”. 

Totoi superaría la incertidumbre “con el hambre de salir y pintar”, ahora con un estilo renovado, con líneas más suyas y armado con una paleta de nuevo color. “Creo que seguía habiendo defectos, pero los podía aceptar y pretendí mejorarlos”. 

El artista guarda sus recuerdos de hace años en su arte, como el momento en que dejó uno de sus primeros trabajos en una agencia. “Traía mis playeritas recién serigrafiadas en una bolsa negra”, cuenta él, cuando se encontró inesperadamente con Germán Garmendia, uno de los youtubers más famosos en habla hispana. Él portaría uno de los primeros diseños de Totoi en sus videos. 

Semerena vive hace algunos años en la capital del país, pero Yucatán suele acompañarlo. Ejemplo de ello es la obra de mayor tamaño en esta página. “Una cosa es que dibujes muy bien y tengas la técnica, pero lo que pintas también dice mucho de qué artista eres. Esa nostalgia empezó a ser parte de la gráfica que comencé a hacer. Y de Mérida, su flora y su fauna, que suelen ser tan tropicales, era lo que más disfrutaba hacer. La gráfica de Mérida es bastante particular. Al ver la ropa y los colores, sabrás de dónde es. Es genial poder conectar con mis paisanos de esa manera”. 

¿Qué otros artistas meridanos hay por ahí, en México y en el mundo? “Hay paisanos que me gusta mucho lo que están haciendo. Humberto Irigoyen (@betotl3000), ahora con su proyecto de Tiempos Híbridos, es un personaje brutal que pueden seguir por su increíble manera de conceptualizar lo que tiene en la mente. René Velázquez (@reneshotss) es un ilustrador que también está participando en el proyecto de animación, que es buenísimo igualmente. Nove Escobedo (@nove_escobedo) es un tremendo compita, con el que he podido cotorrear.

Tiene una fuerza tremenda con sus ideas, y, al momento de dibujarlas, hacen click con la gente. Él ya se hizo tan popular que lo menciono por cariño. Looleepop (@looleepops), también. Me gusta cómo sintetiza los retratos, la figura humana. La manera en que, con poco hace mucho, ¡uf! Es tremenda. Carlos Hartazgo (@carlos_hartazgo), tremendo ilustrador, tanto en pequeño como en gran formato. Lo empecé a topar mucho porque, en Mérida, empezaron a hacer notas de las pintas que él hacía. Hubo un par, si no me equivoco, en Altabrisa, que me hizo decir: ‘qué chido que haya un paisano en Mérida rifándose en gran formato’.

Luego que ves una pieza de Carlitos, sabes que es de él. Eso se respeta bastante. Hay otros dos: mi compita José Acosta Calva (behance.net/joseluisacosta), también diseñador e ilustrador tremendo. También tiene el cariño y la calidez en lo que hace. Él, me parece, fue un Digital Invader, esta escuela que está en Saltillo. La gente que sale de ahí son expertos, tremendos cracks.

En la ilustración y el diseño, se mueve como nadie. Y su chica, Day Cuervo (@daycuervo), es increíble ilustradora. Ha tenido un cambio en su obra en la que le ha tocado sintetizar esa parte gráfica, que lo ha hecho muy bien, tanto que ha salido de Mérida con su misma gráfica. Hice mi lista porque no quería olvidar a nadie. Qué bueno que pudimos platicar tan suave”. 

El arte de Totoi regresa al Sureste. Ha intervenido un mural en el Hotel Thompson Playa del Carmen, a develarse el 24 de junio. Tres días después, la exposición Tropical Geo quedará abierta a nuevos coleccionistas. Participa también en Tiempos Híbridos (@tiempos_hibridos_), un proyecto que agrupa a múltiples talentos jóvenes de las artes visuales y la animación, que, con el apoyo de la gente, verá la luz.

Por David S. Mayoral Bonilla