Marco Antonio Sánchez Solís
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A 90 años de la inauguración de la Plaza de Toros Mérida, sus puertas están cerradas, esto debido, a decir de la empresa que dirige sus destinos, “Toros Yucatán”, por la postura de la autoridad Taurina que no aprobó a los toros de la Ganadería yucateca de Quiriceo.
Como informamos ayer, los empresarios anunciaron la suspensión de la segunda corrida de la temporada 2018-2019 que debía de llevarse el próximo domingo 11 de noviembre, festejando igual los 100 años de existencia de Quiriceo.
Sin embargo, la Comisión Taurina de Mérida, que comanda Hernán Evia Góngora como su presidente, no autorizó los diferentes toros que fueron presentados para su aprobación.
Esta Comisión, la cual tiene ya varios años y varias administraciones al frente de la Fiesta Brava en este municipio, ha tenido roces, algunos muy graves, con las diferentes empresas que han dirigido los destinos del Coso de Reforma.
Evia Góngora ha cerrado la puerta de la Plaza para la prensa, con él como presidente de la Comisión se dejó de permitir la presencia de los medios de comunicación durante la llegada de los astados.
Esto ha dado pie a dimes y diretes, ya que al ser la autoridad, pueden, partiendo de cualquier punto, descalificar a los astados por motivos que no le conste más que a ellos y a los empresarios, quienes alegan que el criterio fue en extremo estricto sobre el peso y el trapío.
Según el reglamento de las Plazas de Toros de Mérida, aprobado el 26 de septiembre de 2005 y actualmente en vigor, en su artículo 5 dice que “La Comisión Taurina del Municipio de Mérida es un cuerpo técnico en materia de tauromaquia. (…) sus obligaciones y facultades serán las relativas al asesoramiento de las Autoridades Municipales y Regidores de Espectáculos”.
En dicho reglamento, el artículo 34, que habla del Ganado de Lidia, dice “Para que el Regidor Comisionado de Espectáculos autorice los espectáculos taurinos anunciados, deberán reunir los requisitos que para cada tipo de espectáculos establece este Reglamento”.
El único que puede aprobar la corrida, según el reglamento, es el Regidor Comisario de Espectáculos con asesoría de la Comisión, sin embargo, Evia Góngora se ha tomado esa atribución, volviéndose el “amo y señor” de las corridas.
Desgraciadamente esto ha sucedido por años, ya sea por la falta de conocimiento, negligencia o alguna otra cuestión, el que aprueba, y “casi casi” en los oscurito, es la Comisión y no el que debe de ser, el Regidor.
Ayer, la Comisión Taurina mandó un comunicado señalando que los Toros fueron rechazados por falta de peso y trapío, alegando el artículo 35, facciones II, III, IV y V, los cuales dicen.
“II. Haber cumplido cuatro años de edad y no pasar de seis. Toros de mayor edad sólo con el consentimiento escrito de los espadas y la autorización del Juez;
III. Pesar como mínimo cuatrocientos cincuenta kilogramos en pie a su llegada en las plazas de primera categoría, en las plazas de segunda categoría el peso mínimo en corridas será de cuatrocientos treinta kilogramos;
IV. Cumplir con las condiciones de trapío;
V. Tener las astas integras y reunir las condiciones físicas y zoosanitarias necesarias para la lidia;”.
Pero es difícil saber esto, ya que se ha prohibido, como se ha mencionado, el paso de la prensa, esperemos que este suceso de pie a transparentar más la fiesta brava, sobre todo en la llegada de los animales, acabando con el poder absoluto que tiene la Comisión Taurina, y su titular.