Juan Diego Casanova Medina
El Maestro Internacional cubano Carlos Daniel Albornoz Cabrera va rumbo a su consagración en el Torneo Internacional de Ajedrez “Carlos Torre Repetto In Memoriam” y sería por partida doble: a través de su ascenso al trono como campeón absoluto y con la última norma que le falta para obtener el título de Gran Maestro, la cereza en el pastel para coronar su extraordinaria actuación.
“El torneo ahora va cumpliendo mis expectativas, estoy en primer lugar con seis puntos de siete y estoy en un muy buen paso para la norma de Gran Maestro que me falta”, afirmó el talentoso cubano que se convertiría en el más joven jugador en ganar el certamen que se realiza en honor del ilustre ajedrecista yucateco.
Sin echar las campanas al vuelo, el juvenil ajedrecista antillano, sabe que le espera un final espectacular, con fuertes dosis de dramatismo, porque las últimas partidas, reconoció, van a jugarse con mucha presión, ya que en esa etapa final del torneo se definirá al monarca.
La condición para obtener la norma que le falta, a pregunta expresa del cronista, no es concluir en el primer o segundo lugar, sino terminar con un performance de 2600 puntos y hasta ahora lo va logrando a falta de dos partidas.
Ofreció su punto de vista sobre el torneo y lo primero que señaló es la calidad de los participantes ya que intervienen muchos Grandes Maestros y “todo el mundo está luchando, está jugando su mejor ajedrez en busca del primer lugar”, indicó.
El hecho de que varios paisanos suyos han ganado el “Carlos Torre”, representa para el juvenil ajedrecista una motivación para conseguir la última norma.
Esta es la segunda participación de Carlos Daniel Albornoz en el torneo que se encuentra en el esplendor de su realización al cumplirse tres decenios de convocar a los mejores jugadores del mundo.
El año pasado, el jugador de mejor proyección en el ajedrez cubano en lo que va del siglo y a una semana de cumplir los 18 años de edad, el originario de Camagüey terminó en el lugar 12 al contabilizar 6 unidades, debajo del estadounidense Joshua Friedel, quien contabilizó la misma puntuación, ambos a 1.5 unidades del campeón, el GM peruano Emilio Córdova Daza.
Acompañado de su novia, Carlos Daniel Albornoz Cabrera, después de su partida de la séptima ronda, se dio un tiempo para firmar los tableros que le llevaron varios niños, lo que realizó con agrado, al igual que el holandés Benjamín Bok, en la explanada del Palacio de la Música, la sede del evento.