Urquidy, de 24 años, se convirtió en el tercer mexicano de la historia que abre partido de Serie Mundial y el primero que gana desde el relevista Aurelio López con los Tigres de Detroit en 1984.
El zurdo Fernando Valenzuela fue el primero que lo hizo también como novato en 1981 y ganó el Juego 3 con los Dodgers de Los Angeles ante los Yanquis de Nueva York.
Redacción deportes EU, 27 oct (EFE).- El abridor novato mexicano José Urquidy se convertía, junto con el tercera base Alex Bregman en los dos jugadores claves que permitieron a los Astros de Houston vencer por 8-1 a los Nacionales de Washington en el cuarto partido de la Serie Mundial que disputan al mejor de siete y ahora está empatada a 2-2.
Gracias a Urquidy y su recta de humo demoledora, los Astros pudieron asegurar el pasaje de avión de vuelta a Houston para disputar al menos el sexto partido del “Clásico de Otoño”.
Algo que parecía imposible hasta el miércoles pasado cuando los Astros se ponían 0-2 abajo en la serie tras perder los dos primeros partidos disputados en su campo del Minute Maid Park.
Pero el piloto de los Astros, AJ Hinch, tras ganar con Zack Greinke el tercer partido, que les mantuvo con vida, tenía guardada para el cuarto la carta de Urquidy, un novato de 24 años, que ante un ambiente hostil de 43 mil 889 aficionados, que llenaron las gradas del Nationals Park, mostró un control excepcional y en su primera apertura de postemporada en Grandes Ligas estuvo intratable.
Urquidy, en cinco entradas espació dos imparables don apenas dos imparables permitidos, sin anotación, y abanicó a cuatro bateadores.
Jamás pareció un novato, siempre estuvo en control y sin perder nunca la concentración como lo demostró el haber retirado a los últimos nueve bateadores de los Nacionales que enfrentó antes que que Hinch le quitase la pelota.
“Esto significa demasiado para mí”, declaró Urquidy en conferencia de prensa. “Ser apenas el segundo mexicano abridor que gana partido de Serie Mundial me hace sentir orgulloso, es especial y me ayuda a pensar que todo el trabajo que he hecho valió la pena”.
Urquidy, de 24 años, se convirtió en el tercer mexicano de la historia que abre partido de Serie Mundial y el primero que gana desde el relevista Aurelio López con los Tigres de Detroit en 1984.
El zurdo Fernando Valenzuela fue el primero que lo hizo también como novato en 1981 y ganó el Juego 3 con los Dodgers de Los Angeles ante los Yanquis de Nueva York.
Jaime García fue el segundo abridor mexicano en las Grandes Ligas, lanzó dos veces con los Cardenales de San Luis ante los Vigilantes de Texas, y no logró el triunfo, pero su equipo se proclamó campeón de la Serie Mundial.
“Es algo muy especial, Fernando Valenzuela fue el primer mexicano en ganar un juego como novato. Yo soy el segundo”, destacó Urquidy, que recibió todo el apoyo de sus compañeros antes del partido y luego las felicitaciones tras su gran labor en el montículo.
El segunda base venezolano José Altuve había comentado el día anterior que confiaban en Urquidy, que se había ganado el derecho a abrir la Serie Mundial.
Pero que era un hecho que tenían que apoyarlo desde temprano con los bates para que fuera ganando en confianza. Así lo hicieron, a partir del propio venezolano.
“Todos los jugadores me han estado saludando y felicitando”, mencionó Urquidy. “Estoy muy contento. Disfrute el juego demasiado. Se ganó que es lo bueno”.
Altuve conectó sencillo en la primera entrada, para su partido 24 consecutivo de playoffs que llega a base, y anotó con sencillo de Bregman, quien anotó en ese episodio inicial la segunda con hit del inicialista cubano Yuli Gurriel.
A partir de ahí, los Astros jamás voltearon para atrás. Dieron el respaldo a Urquidy, quien dejó el partido ganado 4-0 después del jonrón de dos carreras de su receptor venezolano Robinson Chirinos.
“Me hizo sentir mayor confianza ver que mis compañeros estuvieron bateando desde el principio”, señaló Urquidy. “También jugaron gran defensa, como esa jugada de (Carlos) Correa que pudo se un extra base”.
El triunfo en equipo, como dijo Chirinos, también tuvo que ver con el bullpen, que salvo Josh James, quien fue único de los cinco relevistas que aceptó carrera en las últimas cuatro entradas, y con una defensa que sacó siempre del problema a los lanzadores.
Pero Urquidy había hecho la diferencia como reconoció Chirinos, el receptor en quien confía plenamente en joven lanzador mexicano y viceversa.
“En su país deben estar muy orgulloso de él”, declaró Chirinos. “Fue increíble lo que hizo, la seguridad que tenía al lanzar. Todos sus pitcheos estaban rompiendo bien y con velocidad. Estamos muy orgullosos de él”.
El resto lo pusieron la ofensiva y defensiva de los Astros que fueron un equipo completamente diferente al de los dos primeros juegos, incluido el segundo, cuando fueron humillados con paliza de 12-3 en su campo del Minute Maid Park.
La Serie Mundial había llegado a Washington vista como un puro trámite para que los Nacionales lograsen su primer título nacional.
Pero la situación dio un giro de 180 grados tras ganar los Astros el Juego 3 y en el Juego 4 hacer su mejor exhibición de poder ganador.
“Nosotros sabíamos que o ganamos aquí o nos íbamos a casa”, reconoció Chirinos. “Hemos jugado sin errores mentales ni de ejecución. Sólo pensando en la jugada, en cada partido, día a día. Este es nuestro estilo el que jugamos toda la temporada. Cada quien ha contribuido con su granito de arena y cuando tienes un pítcher como José (Urquidy) hoy, la cosa es más fácil”.