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Gabriel Zapata Bello

Para el año de 1878 se presume que llegaron los primeros velocípedos a Yucatán, sin embargo, por su tamaño (la rueda delantera era de 1.50 m de altura) requerían de mucha destreza y arrojo para subirse a ellos. Fue a principios de la última década del siglo XIX cuando llegaron a Mérida las bicicletas ”seguras”, es decir, con ambas llantas del mismo tamaño, y fue así como los paseos en bicicleta se pusieron muy de moda entre algunas damitas meridanas a las que se consideró de modernistas.1 Para el año de 1898, se anunciaban ya en Mérida las bicicletas para señoras, de marcas “Monarch”, “Gales” y “League”.

Poco a poco las mujeres empezaron a animarse y a practicar los paseos en bicicleta por las calles circundantes a la Plaza de Independencia -hoy Plaza Grande- de nuestra ciudad.

En la ciudad de México, los paseos de las damas en bicicleta se describían con cierta particularidad: ”Al principio, las damas empezaron montando a mujeriegas , es decir, con ambas piernas a un lado de la bici, lo que resultaba además de sumamente inseguro, muy impráctico(…).”2

La expresión “a mujeriegas” proviene del cantar del Cid Campeador que distinguía “montar el mulo a mujeriegas o a horcajadas”.

El uso de la bicicleta entre las mujeres tuvo sus enemigos: “Los moralistas reaccionaron escandalizados por los efectos que esos vehículos anárquicos tendrían en la moral pública, sobre todo en las mujeres, que ya pedaleaban alegremente tras tirar a la basura el corsé y decantarse por una ropa más práctica, pantalones incluidos. Los científicos advertían muy seriamente que la velocidad y también la posición…reducirían a la infertilidad, a la histeria (a las mujeres)…”3

El uso de la bicicleta entre las mujeres yucatecas pasó de practicarse de manera recreativa de finales del siglo XIX, a una forma deportiva a manera de excursionismo en los albores del siglo XX, sin poder hablar todavía del ciclismo femenil como deporte competitivo.

Para 1906 se constituyó el primer club ciclista femenil en Mérida, integrado por señoritas profesoras de la Escuela Morelos del rumbo de Santiago, club del cual se reseñaba: “diariamente se ejercita en el agradable sport del pedaleo en el gimnasio de la referida escuela y el número de adherentes a la nueva sociedad crece a medida de la feliz iniciativa se va haciendo conocer del público.”4

A pesar del gusto de las jóvenes yucatecas por el espíritu de libertad que brindaba la bicicleta, sería hasta 1951 cuando se efectuaría la primera competencia de ciclismo femenil en Mérida, consistente en una carrera de 1,200 metros efectuada en la pista del Estadio Salvador Alvarado. El triunfo fue para la señorita Carmen Moguel que dio las tres vueltas a la pista en 2 minutos 54 segundos, y llegaron detrás de ella Rosa Sosa, Delia Fernández, Gema Ceballos y Dora María Riveroi, todas ellas alumnas de la Academia Universal.

El ciclismo femenino sería incluido, finalmente, como prueba olímpica, hasta los Juegos de Los Angeles 1984.

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