PARIS, Francia, 9 de julio (AFP).- “Está claro para todo el mundo que él quiere irse”, señaló el director deportivo Leonardo en Le Parisien este martes. La ruptura entre el París Saint-Germain y Neymar parece consumada, después de que el jugador haya vivido en la capital francesa dos temporadas marcadas por las lesiones.
La prensa española guarda un inmenso lugar este martes para la ausencia del brasileño en el regreso a los entrenamientos del PSG, el lunes, en medio del culebrón sobre su posible regreso al Barcelona.
“Desafía al jeque”, titula el Marca, en una alusión a los propietarios cataríes del PSG. Sport, por su parte, evoca “una guerra total Neymar-PSG”, así como El Mundo Deportivo, que opta por el mismo titular.
Según Marca, “hay que ver la actitud de Neymar como una declaración de guerra al PSG para obtener su salida del club y su traspaso al Barcelona, un deseo que el brasileño nunca ha escondido”.
El presidente del Barcelona Josep Maria Bartomeu reiteró este martes sus palabras del viernes, cuando dijo que Neymar “quiere irse del PSG”.
“Hoy estamos presentando a nuestro portero Neto, pero para responder brevemente, lo que dije el pasado viernes no ha cambiado nada, por lo tanto todo sigue igual”, dijo.
El pie derecho
¿Por qué Neymar quiere irse cuando le quedan tres años de contrato y tiene un salario astronómico, estimado en más de 30 millones de euros por año?
Lo primero, ha vivido las dos peores temporadas de su carrera, con dos lesiones en el pie derecho que le privaron en cada uno de los cursos del tramo decisivo de la competición.
Dejando el Barcelona por el PSG en 2017, el brasileño buscaba salir de la alargada sombra de Lionel Messi y ganar el Balón de Oro. Nunca ha estado tan lejos. Este año ha finalizado la temporada con una nueva lesión y la baja para la Copa América, que ganó su selección el domingo.
¿Ha pagado jugar en la Ligue 1 y sus partidos con mucho compromiso físico? En febrero, en una entrevista con Telefoot, su padre, que gestiona su carrera, no quiso criticar el campeonato, pero señaló a los árbitros: “Deben proteger al jugador del fútbol, si no pitan las faltas, si no señalan el antijuego, ese es el problema”.
Sin su estrella, el PSG fue eliminado los dos años en los octavos de final de la Champions, a pesar de haber pagado en 2017 unos 400 millones por Neymar y Mbappé (222 y 180 millones respectivamente).
Este año, la eliminación en Champions tras caer 3-1 con el Manchester United en el Parque de los Príncipes parece que fue el golpe definitivo. Neymar criticó duramente el arbitraje y ha sido suspendido tres partidos de Champions, sanción confirmada tras el recurso y que le hará perderse la mitad de la fase de grupos de la próxima edición de la máxima competición de clubes.
Paso atrás
¿Es Neymar demasiado grande para el PSG? Otra leyenda brasileña, Ronaldo, señaló en 2018: “Está en el PSG ahora, pero deportivamente hablando esta decisión que tomó (dejar el Barça) es un paso atrás. Yo jugué en el Barça y me fui al Inter de Milán porque el campeonato italiano era más competitivo”.
El club francés siempre ha tenido problemas para gestionar a la estrella mundial, tanto dentro como fuera del campo. La comunicación con el ‘clan Neymar’ siempre ha dado problemas. El jugador además ha caminado al margen del club en ocasiones, como cuando decidió curarse de su primera lesión en Brasil en lugar de quedarse en París.
En el PSG el cambio de discurso es evidente. Los propietarios del club han encomendado una nueva reconstrucción al brasileño Leonardo, al frente de la dirección deportiva en la prometedora época inicial de la era catarí, entre 2011 y 2013.
“No necesitamos jugadores que hagan un favor al club quedándose aquí. No conozco un club que haya ganado a largo plazo con un jugador más fuerte que la entidad. Para que un club pueda avanzar, debe controlar todo, incluidos sus jugadores más importantes”, dijo.
Leonardo añadió en su entrevista que el PSG no tiene “por el momento” ofertas por la estrella, pero reconoció “contactos muy superficiales” con el Barcelona.
El nuevo club de Neymar deberá gestionar la situación extradeportiva del jugador, acusado de violación por una brasileña en unos hechos que ocurrieron en París y que el jugador desmiente.