Juan Diego Casanova Medina
Perseguir grandes retos y verlos alcanzados es su principal motivación. Ese es el legado que Carlos Franco Cantón, nadador en Aguas Abiertas, quien acaba de concluir exitosamente el sábado pasado su travesía en el Canal de Manhattan, en Nueva York, le quiere inculcar a sus hijas para que siempre se fijen objetivos y que una vez que los cumplan, fijarse otros; que ese postulado sea la base de su vida, no quedarse quietos sino siempre estar activos.
“Todos somos extraordinarios, hay que creer en nosotros mismos, y que en medida en que nosotros cambiemos un poquito nuestros hábitos, haremos cosas inimaginables”, aseguró el atleta de 44 años de edad, quien en el 2020 recorrerá la Isla de Catalina, en California, E.U. para asegurar la Triple Corona, la máxima hazaña en aguas abiertas a nivel mundial.
Y será hasta el siguiente calendario, explicó, porque desde antes del reto neoyorquino se preparó muy bien a pesar de que 10 días antes del evento, presentaba una lesión en la rodilla, lo que no fue impedimento para continuar sus entrenamientos y se concentró en su trabajo con toda la motivación que se requería.
Espera que no pasar por el quirófano y se tomará entre un mes y mes y medio de receso y ese tiempo lo aprovechará para estar tocando puertas buscando el apoyo de empresarios para su nuevo reto en próximo calendario.
En conferencia de prensa que se efectuó en la Acuática Antares, Carlos Franco recordó que la travesía constó de 47.600 kilómetros para lo que representó su nado y la recorrió en 29,659 brazadas con un tiempo de 7:55´18” horas. Las condiciones del clima fueron favorables ya que el agua no estaba muy fría que registró una temperatura entre 20 y 21 grados.
Señaló que cuando se presentaban fuertes corrientes, el tren superior de su cuerpo fue el que trabajó porque las piernas no le respondían y no podían debilitarlas por la lesión pero todo sucedió de manera positiva.
Después de la Triple Corona, Carlos Franco indicó que los siguientes dos retos son el Estrecho de Gibraltar, una separación natural entre dos mares: el Mar Mediterráneo y el Oceáno Atlántico y entre dos Continentes: Europa y África, y la Antártida.
Señaló que Gibraltar fue su primer sueño que quería cumplir antes del Canal de la Mancha y aunque tiene registrada su fecha de solicitud para la travesía, no ha recibido ningún comunicado al respecto.
Gibraltar, aseguró, es un nado también emblemático como el del Canal de la Mancha pero con condiciones más sencillas, sin demeritar lo que representa el recorrido que hizo en aguas del Reino Unido y Francia.
Pero su sueño máximo, afirmó, es que un yucateco, una persona de clima cálido vaya a nadar en aguas gélidas como es la Antártida y nadar a menos de cero grados, ambicioso proyecto que se necesita no nada más fuerza física sino mucha fuerza mental.
“Considero que haciendo todos estos nados que estamos haciendo, me van a dar esa fortaleza mental para llegar a hacer algo a menos un grado”, destacó.
Mencionó que hablar de ese reto es muy prematuro, porque el de la Isla de Catalina es el que lo ocupa y en él va a estar entrenando para el próximo año.
Agradeció a su equipo de trabajo conformado por Nora Toledano, su entrenadora, Alejandro Arévalo, el kayakista, Marco Rojano, el fotógrafo, Diego López como visor y juez y Alfredo White, el capitán del barco, quienes lo apoyaron durante el recorrido.
También a las autoridades que lo acompañaron, entre ellos, Carlos Sáenz Castillo, director del IDEY, Jorge Gamboa Wong, director de Bienestar Social del Ayuntamiento de Mérida, Jesús Aguilar y Aguilar, subdirector de Juventud y Deportes de la Comuna y Alejandro Pulido Puerto, presidente de la Asociación Yucatecos en Natación.