Los mejores cinco toreros españoles que yo he visto torear
Por Ele Carfelo
Esta selección que me atrevo a hacer, es absolutamente personal, y hecha entre los toreros que yo he visto torear “en persona”.
Voy a dedicar la columna de hoy, a uno de ellos. Retirado como torero ya en la actualidad, pero continúa cerca de la profesión, pues es, en la actualidad uno de los grandes criadores de reses bravas que hay en España: Pedro Gutiérrez Moya “El Niño de la Capea”. Primero, unos breves datos biográficos.
Nació el 17 de septiembre de 1952 (tiene 67 años) en Salamanca, España. Toreó su primera novillada en Salamanca en julio de 1970, toreando ese año 17 novilladas. Se presentó en Sevilla el 1 de junio de 1972 y en Madrid, el 11 de julio del mismo año.
Una semana después, junio 19 de 1972, tomó la alternativa en Bilbao, de manos de Paco Camino, con “Paquirri” como testigo. Confirmó en “Las Ventas” el 21 de mayo de 1974, con “Paquirri” de padrino y “Palomo Linares” de testigo. Confirmó en la Plaza “México”, el 9 de diciembre de 1973, de manos de Curro Rivera y Curro Leal de testigo. Desde el año de su confirmación, 1974, hasta 1981, es el torero que cada año hace el “paseíllo” más veces por año, y fue 1985, el año de su gran consagración como torero en las principales plazas de toros del mundo. Una anécdota:
Una de esas corridas de consagración, tuvo lugar en la Plaza “México”, la más grande del mundo, el domingo 17 de febrero, alternando con Manolo Arruza y Ricardo Sánchez, con un encierro de JAVIER GARFIAS, al cortar las orejas y el rabo al toro “MANCHADITO”. El periodista taurino FILIBERTO MIRA escribió en la Revista “Aplausos”, de España, este testimonio: “Son las 11:30 de la mañana del 22 de febrero de 1985. La noche anterior, Pedro Gutiérrez Moya había llegado a su casa en España, después de haber triunfado el domingo anterior en la Plaza “México”. El propio Pedro, me dice:
“Filiberto, no me atrevo a decirte que sea, la que he hecho al toro “Manchadito”, de Javier Garfias, en México, la mejor faena de mi vida. Pero sí te aseguro que ha sido la más emocionante. Es la única vez que he visto llorando de emoción a 50,000 personas que me gritaban: ¡Torero! ¡Torero! ¡Torero! Nunca me he sentido tan de verdad torero como esa tarde, como esa tarde del 17 de febrero de 1985. Vivir una emoción como ésa es algo único. Le he dicho a varios compañeros que por vivir una cosa como ésa se puede dar todo el dinero del mundo. ¡En México no me importa torear hasta gratis!”
“El toro, bonito, con 538 kilos y lero lombardo. Con el capote me dejó formarle un lío. Nunca en el primer tercio he escuchado tan fuertes las palmas. Me pidieron que diera la vuelta al ruedo tras mi quite por chicuelinas, que las di muy relajado y templadísimo. Esas ovaciones me produjeron una sensación especial que yo no sé explicarte.
Con la muleta logré más de cuarenta pases, casi todos con la derecha, que le llegaron mucho al público, cuando maté al toro de una estocada recibiendo y vi a la gente llorando y aclamándome, tomé conciencia de lo que realmente había hecho una cosa tan importante, como es emocionar de verdad, al mismo tiempo que yo lo estaba también con el gozo de sentirme plenamente torero. Las dianas y las aclamaciones no dejaban de sonar mientras los aficionados me llevaban en hombros. Yo sentía que aquello era un gran acontecimiento. Sí, a “Manchadito” le he hecho la faena más emocionante de mi vida, y en la Plaza más grande del mundo!”. Hasta aquí la anécdota con el periodista.
Inmediatamente de retirarse de la profesión y ya casado con la bella Doña Carmen Lorenzo, de familia de criadores de reses bravas, “El Capea” emprendió una carrera en la que no se alejaba de hacer lo que hacía antes. Peor ya no era torear a los toros… era criarlos. Y el torero y su esposa invirtieron su fortuna en dos fincas ganaderas, en una enorme finca en Salamanca, llamada “San Pelayo de la Cuareña”. Una, llamada “HERMANOS GUTIERREZ LORENZO”, a nombre de sus hijos Pedro y Verónica, él, matador de toros, casado con una hija del matador mexicano en el retiro Fermín Espinosa Menéndez “Armillita”, y ella, casada con otro matador de toros, figura del toreo español, MIGUEL ANGEL PERERA. La otra, a nombre del torero y su esposa, a la que todo mundo se refiere como “EL CAPEA”, y parece que están teniendo un gran éxito criando toros especialmente para lidiarse en “TOREO A CABALLO”.
Pedro Gutiérrez Moya “El Niño de la Capea”, es tan buen torero como criador de reses bravas”.