La reunión duró cerca de cuatro horas a lo largo de las cuales se debatió la opción de compra o de cesión con posterior obligatoriedad de compra, la cantidad y la forma de pago, así como la posibilidad de incorporar al acuerdo jugadores como Semedo y Ousmane Dembélé, que hasta ahora el Barça había mantenido fuera de la negociación.
Por Santi Giménez
Ciudad de México, 27 de agosto (AsMéxico).- Otro día clave , decisivo y determinante que acaba en nada. Otro día de ultimátums que no se cumplen en la historia entre Neymar y el Barcelona. La reunión de algo casi cuatro horas que mantuvieron en París representantes del Barcelona y el París Saint-Germain para tratar el retorno del brasileño al Barcelona acabó sin acuerdos concretos y con las posiciones de ambos litigantes distanciadas debido a la cuestión económica.
Pero los optimistas siempre podrán decir que se dio un paso adelante. Se sentaron unas bases de negociación sobre las que trabajar, pero el tiempo empieza a ser el peor enemigo de la negociación. El plazo para inscribir jugadores acaba dentro de seis días.
El Barcelona y el entorno de Neymar ven avances en la negociación, siempre que como avance se entienda que el PSG no se levante de la mesa a los cinco minutos de la reunión. Desde París filtran unas cifras de traspaso (170 millones de euros a pagar en dos cómodos plazos de 85) que a día de hoy son inasumibles para el Barcelona si no entran jugadores en la operación o venden futbolistas esta misma semana por un precio sensacional. Y si tenemos en cuenta que el mercado británico, el más fuerte económicamente cerró el pasado día 8, pues la empresa se antoja complicada.
Sin dinero, como es obvio, no habrá segunda parte de Neymar en Barcelona, porque el PSG exige dinero contante y sonante para cubrir una hipotética baja del brasileño fichando una estrella de nivel comparable.
La ilusión que despertó la alarma desvelada por RAC1, que informó en la noche del lunes que el martes había nueva reunión en París fue perdiendo fuerza a lo largo del día. A las 7:30 de la mañana, el CEO del club, Óscar Grau encabezaba la expedición blaugrana en avión privado rumbo a París. El presidente Bartomeu no viajaba con la excusa oficial de que por la tarde tenía que asistir a los actos de inauguración del Estadi Johan Cruyff. Seguramente, tampoco podía permitirse asistir a una reunión que acabase como la anterior, en nada.
Acompañaron a Grau, el directivo Javier Bordas y el secretario técnico Éric Abidal. En París les esperaban Pini Zahavi y André Cury, la pareja de intermediarios que está llevando el peso de la negociación. A pesar de que a primera hora de la mañana se habló sobre la posibilidad de que en el otro lado de la mesa se sentara el mismísimo Nasser Al-Khelaifi, lo que daba a la operación indiscutibles visos de solemnidad, al final fue Leonardo de Araujo, manager deportivo del PSG, el que lideró el lado local.
La reunión duró cerca de cuatro horas a lo largo de las cuales se debatió la opción de compra o de cesión con posterior obligatoriedad de compra, la cantidad y la forma de pago, así como la posibilidad de incorporar al acuerdo jugadores como Semedo y Ousmane Dembélé, que hasta ahora el Barça había mantenido fuera de la negociación.
Al final del encuentro, el diario Le Parisien filtró que existía un principio de acuerdo para que el Barça pagase 170 millones en dos plazos por el traspaso del jugador, extremo que fue desmentido desde el lado catalán.
Desde otras fuentes, se desvelaba que el propio Neymar le había dicho a su presidente que el Real Madrid quedaba fuera de la ecuación. Que o bien se iba al Barça o se quedaba en el PSG, que nada de sacarle a subasta.
Se levantó la reunión con las posiciones tal y como estaban antes de que la expedición barcelonista tomara el avión a París, pero sabiendo cada uno lo que le va a costar la fiesta.
Ahora, tras otro Día D que pasa a la papelera de reciclaje, llega el momento de revisar estrategias, hacer números y volverse a reunir dentro de unos días. Encuentro que será declarado de nuevo como el definitivo.
Por Redacción / Sin Embargo