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La llave del olimpo para México

CIUDAD DE MEXICO, 27 de agosto (NTX).- Revisar los anales de la historia futbolera nacional y encontrar mexicanos en la élite del balompié mundial no es tarea fácil. La lista contiene nombres que provienen de lugares remotos del mundo, con una cultura por el balompié mucho más aislada que la nacional o con una población mucho más pequeña; uruguayos, croatas, belgas, marfileños, portugueses o suecos han destacado en el deporte de las patadas, mientras que el material de exportación azteca es poco.

Fuera del talento de Hugo Sánchez, la persistencia de Rafael Márquez y la mentalidad de Javier Hernández, el futbolista mexicano no figura en las altas esferas del futbol europeo; dos de esos tres se han retirado. “Hugol” dejó el Real Madrid, el tope mundial, en el lejano 1992; Rafael Márquez se quitó la camiseta del Barcelona en 2010 y la vigente carrera de “Chicharito” se encuentra en el ocaso.

La carencia de figuras no es congruente cuando se revisa la historia de un país que encuentra en “su” deporte el consuelo de la vida diaria. Una liga que permite jugar con nueve extranjeros en cancha, como la Liga MX, y que pone a competir a debutantes con consagrados internacionales, seguro enfrenta problemas para cosechar las tantas promesas que se ven en las canteras.

Dentro de todas las “trabas” que enfrenta el futbolista mexicano para consolidarse en su país, destacar y emigrar al viejo continente, aún existen excepciones que mantienen la vela prendida.

El 18 de febrero de 2014, América y Pachuca se enfrentaban en la cancha del Estadio Azteca. Enrique Meza, técnico de los “Tuzos”, decidiría mover el banco al minuto 84 y con el marcador empatado a cero; el juvenil Hirving Lozano entraría al campo y, sólo cinco minutos después, marcaría su primer gol en la división de oro. El descaro, atrevimiento, velocidad y la responsabilidad con la pelota, le valieron un lugar en el primer equipo. La buena toma de decisiones al momento de enfrentar el arco rival, aportó a su pronta maduración, a campeonar en liga con Pachuca en el Clausura 2016 y partir a buscar un nuevo desafío en Holanda —en el PSV Eindhoven—, lugar que tradicionalmente sienta bien a los futbolistas que parten de México.

Una liga como la holandesa, siempre se buscaba para ser el trampolín y asentarse en el viejo continente. Casos de éxito a ese nivel sobraban: Carlos Salcido, Javier Rodríguez, Héctor Moreno o Andrés Guardado. Lozano no sería la excepción al triunfo, pero sí al salto de promesa a figura en un mercado de traspasos.

Campeón con el equipo de Eindhoven y con participación destacada en Champions League, el nacido en la Ciudad de México llamaría la atención de uno de los mejores técnicos del orbe: Carlo Ancelotti, quien pidió a voz propia, sin promotores, sin ofrecimientos y sin importar la fuerte inversión al Nápoles, hacerse de los servicios del extremo mexicano.

Un equipo que pelea la Serie A italiana ante la imponente Juventus, no podría apostar más de 40 millones de euros en un simple capricho. El joven de 24 años se ve como la pieza que faltaba en el cuadro que hizo grande Diego Maradona en la década de los ochenta; la prensa local lo enmarca como una de las figuras a seguir en la temporada del Calcio italiano y, tras cerrar su fichaje, es no sólo el jugador mexicano más caro en la historia, sino el más caro en la historia del Nápoles.

El impacto que tiene Hirving no queda ahí. También es la venta más cara en la historia del PSV y cobrará un salario superior a los 4 millones de euros por temporada; además, Pachuca también, llevará un porcentaje de la venta, pues al quedarse con una parte de la carta del jugador, cobrará alrededor de 8 millones de euros.

El arribo a tierras italianas debe analizarse como el futuro progreso en la cancha. Los próximos cinco años que “Chucky” estará ligado a la institución napolitana, representarán la posibilidad de que los mexicanos vuelvan a codearse con la grandeza europea, de hacer las cosas bien, y destacarse en una liga con mucha resistencia física, juego de contacto y que se caracteriza por tener a los mejores defensores del mundo, entregará la posibilidad de voltear a ver más seguido al mercado mexicano, al semillero de promesas que no tienen cabida en su propio país; pero que buscan, con desesperación, un lugar en el olimpo futbolístico.

Presentación

napolitana

El Nápoles presentó este martes al delantero mexicano Hirving Lozano, quien durante cinco años jugará con el equipo “azzurri” con el dorsal 11, mismo que portaba con el PSV y el cual consideró que es un número con el que le ha ido bien.

En la presentación de “Chuky” Lozano, en la que posó con la camiseta de su nuevo equipo, se dijo honrado y orgulloso de ser el primer mexicano en jugar con la escuadra partenopei: “Nápoles es un club con gran historia. Muchos de los mejores jugadores han jugado aquí en el pasado y eso es una gran fuente de motivación para mí”.

El club compartió en su portal en internet las declaraciones del canterano de Pachuca, quien indicó que espera lograr los mismos o mejores resultados que los obtenidos por su compatriota Hugo Sánchez, figura que dejó huella en Europa y al que considera un ídolo, tanto para él como para muchos mexicanos.

Respecto a su familia, Lozano expuso: “están aquí conmigo porque crecí con ellos. La decisión de venir a Nápoles también fue una decisión de mi familia, y estoy muy contento de que estén a mi lado”.

El más reciente fichaje del Napoli tiene maravillado a más de uno con su llegada al cuadro italiano, prueba de ello fue el recibimiento que le dieron a su llegada a Italia, tanto por seguidores de él y del club, como de la prensa europea.