EL SEGUNDO, EEUU., 29 de enero (AP).- Los Lakers de Los Angeles concluyeron su práctica con algunas risas. Pero incluso éstas sonaron tristes.
Y cuando se marchaban de la cancha, todos los integrantes del equipo pasaron por debajo de unos grandes letreros con los números 8 y 24, escritos en blanco sobre un muro negro, arriba de la puerta que conducía a los vestuarios.
Anthony Davis y otros jugadores de Los Angeles hicieron una pausa y miraron los dos números de Kobe Bryant, retirados por el equipo. Luego, siguieron su camino.
Jugadores y entrenadores de los Lakers volvieron al trabajo el miércoles, en el complejo de entrenamiento, con la determinación de mantener en sus mentes a Bryant y a las víctimas, sin dejar de ocuparse de una realidad: sus responsabilidades en el basquetbol continúan, lo mismo que la vida misma.
“El equipo quiere representar todo lo que era Kobe, más que nada”, comentó el entrenador Frank Vogel. “Siempre quisimos que él se sintiera orgulloso, y eso no va a ser diferente ahora”.