Neisi Dajomes se convirtió en la primera ecuatoriana en ganar una medalla olímpica, al llevarse el oro en halterofilia de 76 kilogramos. Su triunfo se lo dedicó a la memoria de su madre y su hermano, fallecidos en 2019 y 2018, respectivamente.
“Mamá y hermano”, se escribió la atleta ecuatoriana en la palma de la mano, la cual se notó tras levantar el oro en el podio olímpico de Tokio 2020.
La carrera de la pesista fue apoyada por su madre, Sandra Dajomes, desde el inicio, y fue gracias a su hermano Javier Palacios que llegó a este deporte que hoy a dejado historia con el nombre de Neisi Dajomes.
De acuerdo con declaraciones de su preparadora, Mayra Hoyos, cuando Neisi tenía 11 años de edad acudió a ver entrenar a su hermano y los entrenadores le ofrecieron a ella incorporarse a esta actividad. Empezó con un palo de escoba, para ir aprendiendo la técnica y después continuó con una barra de 10 kilos.
En sus comienzos, la ecuatoriana dudó de su talento, por lo que decidió dejar el deporte por un tiempo, debido a que algunas personas consideraban que la halterofilia no era para mujeres y su cuerpo se deformaría, sin embargo, la ayuda de su entrenadora fue fundamental para convencerse de que es una disciplina para cualquier persona.
A la edad de 13 años, Neisi Dajomes participó en su primera competencia internacional en Perú. Un año después volvió a participar y obtuvo la segunda posición para que al siguiente año se convirtiera en campeona del mundo en categoría sub 17.
“Mis primeros pasos fueron de lucha, constancia y dedicación. El roce internacional fue fundamental, me di cuenta de que podía llegar lejos, que podía enfrentarme a mis rivales sin temor”, declaró Dajomes en una entrevista en otros medios.
En 2015, Neisi consiguió su primera medalla internacional en los Juegos Panamericanos y dos años después conquistó los tres oros en el Mundial Junior.
Asimismo, en 2019 conquistó el oro para Ecuador en los Juegos Panamericanos de Lima, donde se arrodilló mirando al cielo y dedicó el esfuerzo a su hermano y a su madre.
“Yo creo que uno nunca supera la pérdida de una madre, y al menos como deportista muchas veces uno tiene que seguir adelante, a pesar de las circunstancias que pasan en el plano personal, porque es algo que uno se ha propuesto y tiene que seguir cumpliendo sus sueños”, contó a una emisora de radio.
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La atleta ecuatoriana recuerda en cada competencia las palabras de su madre, su consejo de fuerza y aunque ella ya no esté, siempre la tiene presente en su mente.
IG