Sin personalidad, previsible, inoperante e ineficaz, el Juventus sucumbió este martes en Liga de Campeones ante el Maccabi Haifa israelí y dejó firmada su sentencia, pues está ahora obligado a ganar a Benfica y PSG para clasificarse a los octavos de final de la competición, algo que con el nivel demostrado en este inicio de campaña y, en particular, en este partido, se antoja más que complicado.
Sigue en caída libre la 'Juve'. Con un 4-4-2 que hace agua por todos los lados, encomendados a los centros laterales sin sentido y con un Vlahovic aislado como referencia de ataque, los hombres de Allegri no pudieron frenar a un Maccabi al que le bastó una gran primera mitad, y una tétrica de su rival, para acabar con el conjunto turinés, al que sentenció Atzili con un doblete.
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Fueron dos golpes claves de los israelíes. El primero nada más comenzar el partido, en el minuto 7, cuando la 'Juve' dejó tiempo y espacio más que de sobra para que Pierrot sacara desde el perfil zurdo un centro lateral cómodo que encontró, en una jugada mal defendida por la zaga turinesa, la nuca de Atzili para poner el 1-0 en el marcador y desatar la locura en el Sammy Ofer de Haifa.
El segundo y definitivo golpe llegó justo al ocaso del primer acto, en el minuto 42. Atzili se cobró su venganza personal del partido de ida, en el que se topó tres veces con la madera y definió al primer palo por arriba, sorprendiendo a Szczesny, que se había vencido al palo alejado, y retratando a Alex Sandro, que se dio la vuelta ante el disparo.
La sorpresa del partido era el resultado, pero no porque fuera perdiendo la 'Juve', sino por las opciones que tuvo el Maccabi de ponerse hasta 4-0 arriba en el luminoso. Los locales vieron cómo el disparo de Chery de falta directa lo escupió el travesaño y cómo Szczesny salvó en varias ocasiones a una 'Juve' totalmente inferior, perdida y sin herramientas para reaccionar.
El único acercamiento de los de Allegri llegó en un remate de Vlahovic que repelió el meta del Maccabi y que Milik, sustituto del lesionado Di María, no acertó a rematar a puerta vacía. Un Vlahovic frustrado que con aspavientos evidenció el momento que vive un equipo histórico de Italia que está cerca de quedar eliminado en Liga de Campeones y octavo a diez puntos del líder en Serie A.
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