El belga Thibaut Courtois alcanzó este lunes el reconocimiento más alto que puede recibir un guardameta al recibir el Trofeo Yashin que le acredita como el mejor bajo palos de la pasada temporada. Un culmen a una carrera que, curiosamente, comenzó sin ponerse los guantes, ya que lo hizo de lateral izquierdo.
Courtois nació el 11 de mayo de 1922 en Bree, ciudad belga de la provincia de Limburgo en la que también crecieron otros deportistas históricos como la tenista Kim Clijsters, exnúmero uno del Mundo y ganadora de tres Abiertos de Estados Unidos y un Abierto de Australia, y el piloto de motrocross Stefan Everts, que fue campeón del mundo en diez ocasiones.
Nada tiene que ver con la Bree de la Tierra Media que el escritor John Ronald Reuel Tolkien inventó para sus obras, como El Señor de los Anillos o El Hobbit. Es más, poco de 'hobbit'; tiene el belga con sus 1,99 metros de altura.
Courtois viene de una familia con tradición de voleibol. Su padre Thierry y su madre Gitte se dedicaron profesionalmente a este deporte, al igual que hacen su hermana Valérie y su hermano Gaetan, quizá por eso se le da bien el juego con las manos. Aunque él decidió pasarse al fútbol.
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AN