Nuevamente la violencia se hizo presente en un estadio de fútbol en Sudamérica, esta vez en Río de Janeiro, especialmente en el Maracaná momentos antes del encuentro entre Brasil y Argentina por la Eliminatoria de la Conmebol rumbo al Mundial 2026.
Tanto el equipo albiceleste como el de la Canarinha ingresaron a la cancha sin problemas, se prepararon para la ceremonia de los himnos y sonaron sin dificultad.
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No obstante, poco después de su finalización, comenzó a haber violencia en la zona donde se encontraban los numerosos seguidores argentinos que viajaron a Maracaná. Decenas de agentes de policía atacaron a algunos seguidores de Argentina, quienes respondieron lanzando objetos, incluyendo butacas que fueron robadas de las calles.
Varios seguidores del equipo albiceleste se vieron obligados a refugiarse en la cancha del Maracaná debido a la gran cantidad de personas, incluyendo niños y mujeres.
El equipo argentino se protegió después de la tensión en las gradas entre los agentes de policía y los seguidores del equipo albiceleste.
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