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Escrito por Ana García
La exjugadora del Puebla Femenil, Lucía Yáñez, ha levantado la voz contra su antiguo club, denunciando una serie de irregularidades que ponen en tela de juicio la integridad de la institución y el manejo de situaciones de acoso en el fútbol femenino mexicano.
Yáñez, de 22 años, utilizó sus redes sociales para compartir su experiencia, revelando un patrón de hostigamiento que incluyó la creación de perfiles falsos en internet, difamaciones y hasta agresiones físicas contra su propiedad. La jugadora californiana asegura que, a pesar de haber notificado al club sobre estos incidentes, la respuesta fue insuficiente y eventualmente inexistente.
La situación alcanzó un punto crítico cuando, según Yáñez, el club optó por excluirla de las convocatorias bajo el pretexto de "protegerla", en lugar de abordar directamente el problema del acoso. Este enfoque culminó en la salida de la jugadora del equipo, un hecho que el club atribuyó a "motivos personales" en un comunicado oficial que Yáñez califica de falso.
La denuncia pública de Yáñez no solo expone las presuntas faltas del club Puebla, sino que también arroja luz sobre las deficiencias en los protocolos de protección a jugadoras en la Liga MX Femenil. La futbolista asegura que, al buscar ayuda legal, se encontró con obstáculos burocráticos y falta de apoyo institucional, llegando incluso a ser acompañada por aficionados, no por representantes del club, al momento de presentar una denuncia formal.
Este caso ha generado un debate sobre la responsabilidad de los clubes en el bienestar de sus jugadoras y la necesidad de establecer mecanismos más efectivos para prevenir y manejar situaciones de acoso en el deporte profesional. La solicitud de Yáñez de una audiencia con Mariana Gutiérrez, presidenta de la Liga MX Femenil, subraya la urgencia de abordar estas cuestiones a nivel institucional.
Mientras la comunidad futbolística espera una respuesta oficial de la liga y del club Puebla, el testimonio de Lucía Yáñez sirve como un llamado de atención sobre los desafíos que enfrentan las mujeres en el fútbol profesional, más allá de los 90 minutos en el terreno de juego.
AG
