La noche del sábado, la Monumental Plaza de Toros Vicente Segura en Pachuca fue escenario de un acontecimiento sin precedentes en el boxeo mexicano. La tan esperada pelea entre Omar Chávez y el medallista olímpico Misael Rodríguez fue cancelada momentos antes de su inicio, dejando a miles de aficionados desconcertados y generando una ola de controversias en el mundo del pugilismo.
El motivo de la cancelación, según lo declarado por Rodríguez, fue un supuesto exceso de peso de Chávez durante la rehidratación posterior al pesaje oficial. Esta decisión tomó por sorpresa no solo a los espectadores, sino también al propio Omar Chávez, quien afirmó haber cumplido con todos los requisitos establecidos por la comisión.
"Estoy en shock porque no sé qué pasó, nunca me había pasado esto", declaró un visiblemente consternado Omar Chávez ante el público presente. El hijo de la leyenda del boxeo mexicano enfatizó su compromiso con la pelea y su respeto hacia los aficionados: "Yo me hubiera subido porque tengo un compromiso y siempre cumplo mis compromisos".
La situación escaló rápidamente cuando Julio César Chávez, padre de Omar y figura icónica del boxeo, intervino para defender a su hijo. El "César del Boxeo" no escatimó en críticas hacia Misael Rodríguez y su equipo, llegando incluso a sugerir que el medallista olímpico no debería ser contratado nuevamente para peleas profesionales.
"Estoy bien decepcionado por Robert García y Misael Rodríguez", expresó Chávez Sr., cuestionando la decisión de cancelar la pelea por lo que él considera un tecnicismo injustificado. "Omar dio bien el peso, toma líquido y él puede subir lo que quiera", añadió, desestimando las preocupaciones sobre el peso post-rehidratación.
Este incidente pone de manifiesto varios aspectos controvertidos del boxeo moderno. Por un lado, resalta la importancia crucial del pesaje y los procesos de rehidratación, que pueden tener un impacto significativo en la condición física de los boxeadores. Por otro, evidencia las tensiones que pueden surgir entre las regulaciones oficiales y las prácticas aceptadas en el deporte.
La cancelación de la pelea también plantea interrogantes sobre las consecuencias para los organizadores, patrocinadores y, sobre todo, para los aficionados que pagaron por ver el evento. La decepción del público presente en Pachuca es palpable, y podría tener repercusiones en la confianza de los espectadores para futuros eventos.