En una noche cargada de emociones y goles, el Atlas logró una victoria sorpresiva por 3-2 sobre las Chivas en el Clásico Tapatío, correspondiente a la Jornada 11 del Apertura 2024. El encuentro, disputado en el Estadio Akron, no solo rompió la racha negativa de tres derrotas consecutivas de los Rojinegros, sino que también puso freno al impulso positivo que traía el Rebaño Sagrado.
El partido comenzó con un Atlas hambriento de triunfo, que aprovechó las dudas tácticas de las Chivas para tomar una ventaja que parecía definitiva. Jhon Murillo abrió el marcador al minuto 39, en una jugada que generó polémica por un posible foul no marcado. El venezolano se convertiría en figura clave del encuentro, no solo por su gol sino por su participación en el segundo tanto.
El inicio del segundo tiempo fue demoledor para las Chivas. Jeremy Márquez amplió la ventaja al minuto 47 con un golazo tras una asistencia de lujo de Murillo. Apenas cinco minutos después, Rivaldo Lozano parecía sentenciar el partido al poner el 3-0, dejando a la afición local en shock.
Sin embargo, el Rebaño Sagrado demostró su orgullo y calidad al iniciar una remontada que mantuvo a los espectadores al borde de sus asientos. Ricardo Marín, quien entró como revulsivo, fue fundamental en el despertar rojiblanco. Su presencia en el área facilitó el primer gol de Chivas al minuto 63, y siete minutos después, Roberto Alvarado acortó aún más la distancia al marcar el 3-2.
Los últimos minutos del encuentro fueron un asedio constante del Guadalajara sobre el arco defendido por Camilo Vargas. El portero colombiano se erigió como héroe de la noche al realizar intervenciones cruciales que mantuvieron la ventaja de su equipo.
Este resultado tiene implicaciones significativas para ambos equipos. Para el Atlas, representa no solo la ruptura de una racha negativa, sino también un impulso anímico crucial en su lucha por mejorar su posición en la tabla. La victoria en el clásico podría ser el punto de inflexión que necesitaban para reencauzar su temporada.
Por su parte, Chivas se enfrenta a una dura prueba de carácter. La derrota llega en un momento de incertidumbre, con los rumores sobre la posible salida de su técnico Fernando Gago al Boca Juniors de Argentina. La reacción del equipo en la segunda mitad demuestra potencial, pero también evidencia problemas defensivos que necesitan ser abordados urgentemente.
El Clásico Tapatío una vez más demostró por qué es uno de los duelos más esperados del fútbol mexicano. La intensidad, la pasión y el juego de alta calidad ofrecieron un espectáculo digno de la rivalidad histórica entre estos dos equipos de Jalisco.
Mientras Atlas celebra un triunfo que podría cambiar el rumbo de su temporada, Chivas se ve obligado a hacer una introspección profunda. La capacidad de reacción mostrada en la segunda mitad es un activo valioso, pero los errores que los llevaron a estar 3-0 abajo son una preocupación que el cuerpo técnico deberá abordar de cara a los próximos compromisos.
En última instancia, este Clásico Tapatío quedará grabado en la memoria de los aficionados como un ejemplo perfecto de la imprevisibilidad y emoción que caracterizan al fútbol mexicano. Para Atlas, es un nuevo comienzo; para Chivas, una llamada de atención. El Apertura 2024 promete más emociones, y ambos equipos han demostrado que tienen mucho que decir en lo que resta del torneo.