La situación en que tienen que practicar el tocho bandera en Cancún es algo que preocupa a los padres de familia, debido a que sus hijos se encuentran expuestos a lesiones, por tener que jugar en sitios que no son adecuados, ante la falta de espacios proporcionados por la autoridad municipal.
Sin embargo, esta disciplina se encuentra en crecimiento, ya que pueden practicarlo desde pequeños hasta personas adultas, y al ser incluido dentro del programa para las próximas olimpiadas, las posibilidades de destacar se vuelven un sueño para muchos.
Uno de los casos es Raymundo Nogueira, padre y jugador del club Acereros de Cancún, quien reconoció la preocupación que tienen los padres de familia de que sus hijos entrenen en el camellón de las avenidas Chac Mool y José López Portillo, ya que corren peligro de lesionarse.
“Ya hemos platicado con los papás esta situación y es un poco difícil entrenar de esta manera, porque ya ha pasado que algunos niños se han lesionado, han tenido raspones, moretones por el tipo de lugar; estaría bien que fuera un sitio adecuado, ponerle pasto para que los niños jueguen sin peligro, incluso, yo me he lesionado aquí, porque el lugar no es apropiado, pero es lo que hay entonces nos adaptamos”, comentó resignado.
A la pregunta de que, si el deporte le ha ayudado a formar a sus hijos y evitar los malos caminos, el entrevistado admitió que indudable al practicarlo ayuda que los jóvenes no se vayan por caminos equivocados, en estos tiempos en que la violencia se mantiene en cifras alarmantes.
“Sí, definitivamente, el deporte siempre será una opción muy buena pare alejar a los hijos de las calles, de los vicios y pandillerismo y yo estoy muy contento de que los míos estén muy apasionados de este deporte, pero todo empieza en casa, porque esos valores que les enseñes son los que reflejan en la calle, pero si lo complementamos con un deporte, el niño va a crecer de una manera que será un buen ciudadano”, destacó
A su vez, la couch Otilia Pérez Sánchez, de las categorías 8 y 10 años, reconoció: “la preocupación es que los niños se vayan a lesionar y como padres, grupo y familias nos hemos dado a la tarea de limpiar el área para que no haya vidrios, y podamos; lo hacemos para que nuestros hijos estén bien”.
La profesora destacó la importancia de tener una reja o malla para evitar que los niños puedan ser atropellados por los automóviles, al correr por un balón que se sale del área.
Sobre la inseguridad la entrenadora dijo: “hay personas que pasan por aquí y están tomados y de hecho tuvimos la mala fortuna de que casi asaltan a un muchacho, pero aquí se hace un grupo y tratamos de que los alumnos no estén solos; además, cuando un padre no viene a la hora de la salida por sus hijos lo esperamos hasta que llega y no nos vamos, somos como una familia y nos cuidamos”, destacó.
No solo los Acereros sufren, al entrenar en áreas no aptas para hacerlo, también está el Club Ajolotes de Cancún, quienes practican a un costado de la cancha de pasto sintético, de la Región 100, “Hugo Sánchez Márquez”.
Sobre la realidad de esta disciplina, su couch, Manuel Góngora, declaró que, si bien no están olvidados por las autoridades, sí están relegados por estas.
“Por supuesto que sí, a lo mejor no olvidados, pero sí relegados, porque al final no se han dado cuenta que estamos; no es como en los torneos de futbol, donde vienen las autoridades a entregar trofeos; a nosotros para hacer nuestra copa sólo nos prestan el CEDAR, si no hay actividades, sino tenemos que rentar una cancha particular y eso sale muy caro. Entonces, no es que estemos olvidados, simple y sencillamente no nos han visto”, destacó.
El profesor de tochito explicó que su club, por seguridad de los jugadores y el equipo, no pueden jugar en su espacio, una pequeña cancha, que se ubica en la cancha de futbol sintético, ya que pueden tener lesiones o fracturas y en la tarde noche ya no se puede entrenar, porque tienen escasa luz.
Sin embargo, para ellos hay una propuesta de la autoridad municipal de prestarle una cancha de pasto natural en la Región 102, que no cuenta con luz, pero eso ya es ganancia.
“Sino fuera por esa acción yo seguiría con mis jugadores en esta precaria cancha, pero en general los que jugamos tocho bandera lo hacemos en llanos, no se le puede llamar de otra forma”, lamentó.
El entrevistado comentó las vicisitudes que pasaron al entrenar en un área verde, antes de tener la canchita.
“Cuando recién empezamos se cayeron unas niñas, por lo que general vienen aquí a tomar alcohol y rompen sus botellas y se me cortaron unas alumnas, por lo que nos prestaron la canchota donde ahora practicamos”, comentó.
Sin embargo, también en este lugar tienen problemas, al faltarles pasto, alumbrado, reja perimetral.