Prisca Guadalupe Awiti Alcaraz no solo ha hecho historia al ganar la primera medalla de oro olímpica en judo para México en los Juegos Olímpicos de París 2024, sino que su trayectoria de vida es un testimonio de perseverancia, identidad y pasión por el deporte que la ha llevado a la cima del olimpismo.
De Londres a México: Una identidad forjada en dos mundos
Nacida hace 28 años en Londres, de padre keniata y madre mexicana, Prisca encarna el dicho "los mexicanos nacemos donde se nos da la gana". Su decisión de competir por sus raíces maternas ha culminado en un logro sin precedentes para el judo mexicano en los Juegos Olímpicos.
Una pasión familiar por el judo
El amor de Prisca por el judo tiene sus raíces en la influencia de su hermano mayor, Philip, también judoca profesional. Esta conexión familiar con el deporte sembró la semilla de lo que se convertiría en una carrera olímpica dorada.
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El camino hacia la representación mexicana
La transición de Prisca para representar a México fue un punto de inflexión en su carrera. En 2017, buscó el contacto de la Federación Mexicana de Judo a través de Vanessa Zambotti, ex judoca y referente del deporte en México. Esta decisión marcó el inicio de su camino hacia la gloria olímpica bajo la bandera tricolor.
De Tokio a París: La consolidación de un sueño
París 2024 marca la segunda participación olímpica de Awiti representando a México, tras su debut en Tokio 2020. Su trayectoria incluye logros significativos como el bronce en los Juegos Panamericanos 2023 y dos platas en los Campeonatos Panamericanos, pavimentando el camino hacia su triunfo olímpico.
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El impacto de una decisión
La decisión de Prisca de representar a México, facilitada por figuras como Vanessa Zambotti, ha tenido un impacto profundo en el deporte mexicano. Zambotti, ahora analista, expresó su emoción al ver el fruto de esa decisión tomada en 2017 convertirse en una medalla de oro olímpica.
