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UEFA retira a San Siro como sede de la final de Champions 2027 por incertidumbre en obras de renovación. Milán pierde una oportunidad histórica.

En un giro inesperado de los acontecimientos, la UEFA ha anunciado que el icónico estadio de San Siro en Milán no será la sede de la final de la Champions League de 2027. Esta decisión, comunicada el martes por el máximo organismo del fútbol europeo, se basa en la incertidumbre que rodea los planes de renovación del histórico recinto italiano.

La UEFA ha justificado su decisión alegando que las autoridades milanesas no pudieron garantizar que el estadio y sus alrededores "no se verían afectados por las obras de remodelación". Esta falta de certeza ha llevado a la organización a tomar la drástica medida de reabrir el proceso de adjudicación para encontrar una nueva sede, con la decisión final prevista para mayo o junio de 2025.

Este revés para Milán llega en un momento de debate intenso sobre el futuro de San Siro. A principios de mes, los dos gigantes del futbol milanés, AC Milan e Inter de Milán, rechazaron un proyecto para modernizar el estadio que ambos comparten y que es propiedad del ayuntamiento. Esta decisión parecía cerrar un capítulo en la larga historia del recinto, pero el alcalde Giuseppe Sala ha sugerido recientemente que ambos clubes podrían estar dispuestos a reconsiderar su proyecto original de construir un nuevo estadio cerca de San Siro.

La situación se complica aún más considerando que San Siro está programado para albergar la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Invierno de Milán-Cortina en 2026. Este compromiso olímpico añade una capa adicional de presión y complejidad a cualquier plan de renovación o reconstrucción.

La decisión de la UEFA no solo priva a Milán de un evento de enorme prestigio y repercusión económica, sino que también pone de manifiesto los desafíos que enfrentan las ciudades y clubes históricos al tratar de modernizar sus instalaciones mientras preservan su legado. San Siro, conocido afectuosamente como "La Scala del Calcio", ha sido testigo de innumerables momentos gloriosos del fútbol italiano y europeo desde su inauguración en 1926.

Esta situación plantea preguntas más amplias sobre el futuro de los estadios históricos en el futbol moderno. ¿Cómo pueden las ciudades y los clubes equilibrar la necesidad de instalaciones modernas con el respeto por la tradición y la historia? La respuesta a esta pregunta tendrá implicaciones significativas no solo para Milán, sino para muchas otras ciudades con estadios emblemáticos en toda Europa.

Mientras tanto, la UEFA se enfrenta ahora a la tarea de encontrar una nueva sede para su evento más prestigioso. Esto abre la puerta a otras ciudades europeas que podrían ver en esta situación una oportunidad inesperada para albergar la final de la Champions League de 2027.

Para Milán, el desafío ahora es doble: por un lado, definir el futuro de San Siro y, por otro, prepararse para los Juegos Olímpicos de Invierno de 2026. La decisión que se tome sobre el estadio no solo afectará al fútbol local, sino que también tendrá un impacto significativo en el paisaje urbano y la identidad cultural de una de las ciudades más importantes de Italia.

AG