El regreso de la Fórmula 1 con el Gran Premio de Australia ha puesto en el centro de atención a Liam Lawson, quien tuvo un complicado debut con Red Bull en el circuito de Melbourne. El piloto novato cerró la segunda sesión de entrenamiento del viernes en el puesto 17 de 19 participantes, quedando más de medio segundo por detrás de su compañero de equipo, el tricampeón Max Verstappen.

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Tras las prácticas, Lawson expresó su frustración a Sky Sports F1: "Cómodo, simplemente demasiado lento. Obviamente tenemos mucho trabajo que hacer durante la noche". En la primera sesión, que se vio interrumpida por el accidente de Oliver Bearman con Haas, el neozelandés tampoco logró destacar, terminando en la decimosexta posición mientras Verstappen quedaba quinto.
Ante este escenario, Christian Horner, jefe del equipo Red Bull, salió en defensa del joven piloto, señalando un factor clave que podría explicar su rendimiento: "Liam, es un gran paso adelante. Ser el compañero de equipo de Max es probablemente el trabajo más duro en la Fórmula 1. Pero él tiene la aptitud mental y la fuerza de carácter para afrontarlo".
Horner destacó especialmente que Lawson es el único piloto de toda la parrilla que nunca había corrido en Albert Park: "No ha estado aquí antes, creo que es el único piloto de la parrilla que no ha dado algunas vueltas a este circuito. Pero está encontrando su sitio y está dando muy buenas sensaciones, se está adaptando muy bien. Veremos en las próximas carreras".
Los problemas no se limitan solo al rendimiento de Lawson. El RB21 mostró dificultades generalizadas con la falta de agarre en las cuatro ruedas, lo que afectó tanto al novato como al experimentado Verstappen. Cuando se le preguntó sobre la naturaleza de estos inconvenientes, Lawson reconoció la incertidumbre del equipo: "Creo que si lo supiéramos también sabríamos cómo solucionarlo".
Por su parte, Max Verstappen ofreció una evaluación más detallada sobre las deficiencias del monoplaza: "El equilibrio no estaba completamente fuera. No hay enormes problemas o importantes, solo que de alguna manera el agarre no estaba cobrando vida. Eso significa que no estamos realmente arriba en este momento".
Esta situación plantea un desafío doble para Red Bull en Melbourne: por un lado, resolver los problemas técnicos del RB21 para recuperar competitividad, y por otro, apoyar la adaptación de Lawson a un circuito nuevo mientras lidia con la presión de ser compañero del actual campeón del mundo.