La actriz ha pasado de interpretar a rubias ingenuas y guapas (Atrápame si puedes, Virgen a los 40, Definitivamente, quizás o Qué esperar cuando estás esperando ) a tomar las riendas de su carrera profesional. Sus proyectos muestren su liderazgo, independencia y también capacidad para hacer reír al público, como en Dando la nota o Los Angeles de Charlie , su último estreno.
En 2015 reveló a la revista S Moda que su pasión era estudiar el comportamiento humano y por ello ejercía como actriz. Sin embargo, comenzó a aburrirse y no encontraba un buen director que supiese exprimir su talento: “Llegó un momento en que empecé a sentirme invisible en esta industria. Y la idea de dirigir se me quedó en la cabeza”.
También el paso del tiempo ha hecho mucho en esta evolución. Banks tiene 45 años y es de sobra conocido que Hollywood no se porta bien con las actrices cuando soplan cada vez más velas.
En 2002, con 28 años, no obtuvo el papel como novia de Spiderman porque era “demasiado mayor”. Se lo llevó finalmente Kirsten Dunst, que entonces tenía 18 años (otra actriz a la que la industria del cine ha dejado de lado al cabo de los años).
Lo más llamativo de toda esta situación no es solo que Banks superara un rango de edad marcado por los directores de casting, sino que el protagonista de la saga, Tobey Maguire, solo era 16 meses menor que Banks.
“Somos básicamente de la misma edad y me dijeron que era demasiado mayor para interpretar a su novia. Y yo dije: ‘Oh, vale, pues eso es para lo que he venido”, contó la actriz a la edición británica de la revista Glamour .
Ella se tuvo que conformar con dar vida a Betty Brant, la secretaria del periódico Daily Bugle , en el que Peter Parker publicaba fotografías del superhéroe. “No era nadie. Y no tenía ninguna expectativa de estar en esa película. El director del casting me llamó y me dijo: ‘Como premio de consolación, ¿quieres ser Betty Brant?”.
Banks llevaba trabajando solo desde 1998 en cine y televisión, con papeles menores, por lo que se vio obligada a aceptar la oferta; una oportunidad por aquel entonces. Pero poco a poco fue haciéndose un hueco en la industria. Y ahora es conocida por ser una jefa muy divertida, pero al mismo tiempo exigente. Aunque ella opina lo contrario: “No creo que sea tan dura… Pero ya digo que hacer cine es difícil. Nunca hay tiempo ni dinero suficiente y hay una larga lista de cosas por hacer, así que no hay momento para juegos. Estoy acostumbrada al trabajo duro”.
Su último trabajo como directora (también productora, guionista y actriz, ya que interpreta la versión femenina de Bosley), Los Angeles de Charlie , no ha tenido el éxito que esperaba. La falta de un guion más entretenido, unas escenas de acción más trabajadas, unas actrices más carismáticas (Kristen Stewart, Naomi Scott y Ella Balinska) o el simple hecho de que su estreno en Estados Unidos ha coincidido con el de la secuela de Frozen han dejado unos datos de audiencia bastante bajos.
Banks lo achaca al machismo que impera en Hollywood, que no está preparado para una película de acción con dosis de feminismo: "Se han hecho 37 películas de Spiderman y nadie se queja. Creo que a las mujeres se les permite tener una o dos franquicias de acción cada 17 años".
La actriz ha explicado a la revista del Wall Street Journal que los mejores papeles femeninos se encuentran en películas más pequeñas "en las que no pagan tanto": "Y está bien querer ganar dinero".
A pesar de este traspié en su filmografía, Banks ya está pensando en nuevos proyectos y ha anunciado recientemente que dirigirá y protagonizará La mujer invisible . Esta vez no será guionista, dejando en manos de Erin Cressida Wilson (La chica del tren ) la elaboración de los diálogos. No se conocen todavía demasiados detalles de la película pero, conociendo a Banks, el empoderamiento de la mujer estará presente.
El feminismo ocupa un espacio importante en su trabajo y en su vida personal. Fue una de las caras más visibles de la Marcha de las Mujeres en 2018, junto a otras celebridades como Eva Longoria, Lupita Nyong'o, Viola Davis, Scarlett Johansson y Jane Fonda. No obstante, es polémica su decisión de contratar un vientre de alquiler para gestar a sus dos hijos, Felix y Magnus, de 8 y 7 años respectivamente.
En su blog personal defendió esta práctica: "El único verdadero obstáculo al que he hecho frente en mi vida es que soy estéril. Tras años intentando quedarme embarazada sin éxito, nuestro viaje [está casada desde 2003 con el periodista Max Handelman] nos llevó hasta un vientre de alquiler: hacemos un pastel de bebé y lo cocemos en el horno de otra mujer". EL PAIS