Octavia Spencer es toda una estrella de cine desde hace casi una década, cuando el público y la Academia se enamoraron de ella por su papel de Minnie en The Help y le dieron el Oscar a la mejor actriz de reparto.
Desde entonces ha sido nominada dos veces más al Oscar por papeles secundarios, una de ellas por el “sorpresivo” éxito de taquilla Hidden Figures; creó su propia compañía de producción, siguió actuando en cine y televisión y escribió libros infantiles. Incluso fue productora ejecutiva de la cinta que se llevó el Premio de la Academia este año, Green Book.
Pero aún le faltaba hacer algo en sus casi 25 años de trayectoria artística: protagonizar su propia película. Había tenido papeles principales, pero nunca había sido la primera en los créditos, hasta ahora.
La película que resolvió este error es Ma, una cinta de terror de Blumhouse en la que interpreta a una mujer de un pueblo que compra cerveza para estudiantes de secundaria y les permite hacer fiestas en su sótano, hasta que las cosas toman un giro siniestro. La cinta, que se estrena este fin de semana, es muy diferente a todo lo que el público ha visto de Spencer.
“Solo hay un par de arquetipos en los que a la gente se siente cómoda viéndome. Y quizás solo están cómodos viéndome de determinada manera, pero esta caja de creyones trae muchos colores”, dijo la actriz de 47 años. “Quiero interpretar todo lo que ustedes no creen que puedo interpretar”.
A pesar de todo su éxito, Spencer suele recibir solo papeles de “personas que apoyan a otros” o de “sabia”, pero ella quería ir más allá.
La única razón por la que Ma llegó a sus manos fue Tate Taylor, quien escribió y dirigió The Help pero también ha sido amigo de Spencer desde que fueron asistentes de producción en A Time to Kill de 1995, cuando soñaban con vivir en Los Ángeles y tener una carrera en el cine.
El guion que Taylor vio estaba escrito para una mujer blanca, pero de todos modos pensó en Spencer.
“Me había dicho que estaba frustrada”, dijo Taylor. “Está agradecida por su carrera, pero le ofrecían lo mismo y nunca el protagónico. Las mujeres de color nunca tienen protagónicos a menos de que sean esclavas o sirvientas”.
Así que llamó a su excompañera de piso (vivieron juntos en un duplex de Los Ángeles por siete años) y le propuso esta película semiperturbadora que sería un cambio para ambos.
“Dije, ‘bueno, generalmente la gente negra muere en los primeros 15 minutos de una película de terror’”, dijo Spencer. “Y él respondió, ‘no solo no morirás en los primeros 15 minutos, sino que tú serás quien los mate a todos’. Y pensé, ‘ok, me interesa’”.
El guion necesitaba algo de trabajo. Ma no tenía realmente una motivación, simplemente estaba loca, y Taylor cambió eso.
“Las cosas que cambió no estaban basadas en la raza”, dijo Spencer. “Simplemente le dimos una historia de fondo, una razón, en su mente, sobre por qué toma un giro tan oscuro”.
Pero al preguntarle a Spencer cuál es su papel soñado, la respuesta podría sorprender.
“Siempre he dicho que el papel de productora”, señaló. “No solo puedo crear oportunidades para mí sino para otras personas. Todavía vivo para eso. Y si hay algo que me muero por hacer, si no está escrito, como productora tengo la opción de crearlo para mí”.
Spencer había comprado derechos de libros desde su época en The Help, pero su primer crédito como productora ejecutiva llegó por accidente cuando la laureada cinta Fruitvale Station de Ryan Coogler perdió 150,000 dólares de su presupuesto de 900,000.
“Puse algo de dinero y luego comencé a llamar a gente... Ni siquiera sabía que tenía esos recursos. Simplemente sabía que era importante hacerlo”, dijo Spencer. “No lo íbamos a dejar morir así, y acababa de trabajar con gente que sabía que tenía los recursos, así que les llamé”.
Algunos le dijeron que no, pero esa gente se arrepintió porque desde entonces la han seguido llamando para preguntarle en qué anda.
“Les digo que no voy a llamar a menos que los necesite de nuevo y saben que cuando hago esa llamada es para algo que vale la pena”, dijo Spencer sonriendo.
Ahora está bastante ocupada. Su reloj biológico estaba desajustado tras llegar de Londres, donde está filmando la nueva versión de The Witches (Brujas). También hizo equipo con LeBron James para producir y actuar en una serie de Netflix sobre la pionera empresaria negra Madam C.J. Walker, así como la serie de drama y misterio de AppleTV+ Truth Be Told.
Su empresa ORIT Entertainment no tiene una misión por escrito (“Sé que se supone que la gente debe tenerla”, dijo riendo), pero sabe lo que busca.
“La verdad es que quiero contar historias que permitan escapismo, quiero contar historias que eduquen, que entretengan, que ojalá inspiren”, dijo. “Hay gente que está pasando por muchas cosas y esas dos horas en el cine deberían ser una especie de placer”.
El nombre ORIT se remonta a cuando la gente no la conocía. Era su primer día como becaria en la oficina de la directora Francine Maisler y escuchó a Maisler decir “¡Orit, Orit!”
“Estaba sentada junto al teléfono y finalmente a mediodía una de las asistentes en la oficina me dijo ‘creo que tú eres Orit’”, dijo Spencer.
Spencer dijo que le encanta Maisler, quien se sintió avergonzada por haberla llamado por otro nombre. Y Orit de alguna manera se volvió su álter ego. Además, Spencer está a años luz de esa época de anonimato.
“En este momento de mi vida seré escuchada”, dijo. LOS ÁNGELES, EE.UU. (AP)