La industria musical se encuentra de luto tras la repentina y trágica muerte de Liam Payne, ex integrante de la famosa boyband One Direction. El cantante británico, de tan solo 31 años, falleció el pasado miércoles en Buenos Aires, Argentina, en circunstancias que aún están bajo investigación.
Según el informe preliminar de la autopsia, obtenido por CNN a través de la Policía de la ciudad de Buenos Aires, la causa de muerte de Payne fue un "politraumatismo" acompañado de "hemorragia interna y externa". Este dictamen inicial arroja luz sobre el desenlace fatal, pero aún quedan muchas preguntas por responder.
El trágico incidente ocurrió cuando Payne cayó desde el tercer piso de un hotel en la capital argentina. Las autoridades fueron alertadas por una llamada al 911 que describía a un hombre agresivo, posiblemente bajo la influencia de sustancias. Momentos antes, el personal del hotel había solicitado asistencia policial urgente, describiendo a un huésped "abrumado por las drogas y el alcohol".
La escena en la habitación del hotel, revelada por fotografías policiales, mostraba signos de alteración, incluyendo un televisor destrozado. Estos detalles alimentan las especulaciones sobre el estado mental y emocional de Payne en sus últimas horas.
La Fiscalía a cargo del caso está preparando un comunicado oficial que promete aportar más información sobre este trágico suceso. Mientras tanto, la embajada británica en Argentina ha expresado su apoyo a la familia de Payne y mantiene contacto con las autoridades locales.
El mundo del espectáculo y los millones de fans de One Direction esperan con angustia los resultados del informe toxicológico, que podría arrojar más luz sobre las circunstancias que rodearon la muerte de esta joven estrella.
La pérdida de Liam Payne no solo deja un vacío en la industria musical, sino que también plantea interrogantes sobre los desafíos y presiones que enfrentan las celebridades jóvenes en el vertiginoso mundo del entretenimiento.
AG