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Entretenimiento / Virales

Eloísa Carreras Varona

Correo desde la Isla de la Dignidad

 

En el año 2016, cuando me encontraba realizando los procesos inherentes a la organización del Fondo de Archivo del Dr. Hart, encontré una libretita que contenía la letra de Armando. Para mi sorpresa, cuando me detuve a leerla, encontré que en las muy amarillas y escasas 72 páginas de 10 cm de largo por 8 de ancho de aquel bloc, se encontraba todo lo que Armando sintió cuando recibió la terrible noticia de la desaparición física del Che, en octubre de1967. Por lo que este texto nos devela lo que significó para Hart su pérdida como ser humano y como revolucionario; “la pérdida doble, la del amigo y la del entrañable compañero de luchas”. De inmediato conversé con Armando sobre mi hallazgo y entre ambos logramos terminar de descifrar algunas palabras y fragmentos, los que desde luego, parecían escritos para hoy. Aquel documento, aquella vieja y pequeña libreta pasó a ser, para mí, el inédito e invaluable cuadernillo de Hart sobre el Che y es, asimismo, uno de los originales más preciados y valiosos de nuestra colección. Poco tiempo después, cuando le fue dedicada a Armando la 26 Feria Internacional del Libro de La Habana 2017, decidí que en el libro que compilé bajo el título La utopía libertaria en Nuestra América, no podía faltar este manuscrito inédito, el que hoy en homenaje al cercano aniversario de la desaparición física del Guerrillero Heroico de Cuba y América, con honor le entrego a los lectores de POR ESTO!

El inolvidable ejemplo del Che1

Hay vidas que aceleran o atrasan 25, 30, 50… años la Historia. Hay muertes que retrasan 25, 30, 50… años la Historia. Son las vidas o las muertes de los hombres que la Historia no [ha] conocido más de media docena en un siglo. En ellos se sintetizan y desarrollan las aspiraciones y necesidades de varias décadas o de un siglo completo. Me es difícil escribir sobre el Che, porque pienso que él era una de esas vidas. Su holocausto fue una de esas muertes.

Quizás él me hubiera reprochado de idealista este planteamiento. Sin embargo, la amarga y dolorosa experiencia de su muerte, me confirma con fuerza esta conclusión cuando siento el gran vacío de su ausencia. Hoy, sus ideas, muy a pesar suyo, también me lo confirman.

Cuando supe de su muerte, pensé que 25, 30 años de atraso podía tener la Historia de América y por ende del mundo. Esto vale la pena tanto porque toda verdad sirve para aclarar y esclarecer los caminos: y hoy muchas esperanzas confirman esta conclusión.

La esperanza está, asimismo, en que surjan y se impongan de la manera que él se impuso nuevos Che, o al menos algunos que sean capaces de seguir su meta y dirigir aunque sólo fuera la décima parte de lo capaz que él era. Es necesario que surjan y aparezcan en el escenario y se impongan esos nuevos líderes, pero que se impongan de la manera que él se impuso, dando el ejemplo.

Desde luego que aparecerán, desde luego que debemos luchar hasta la muerte porque aparezcan y, desde luego, que a largo plazo no hay quien detenga el curso inexorable de la historia… Pero [en ese largo] plazo no se mueven nuestras vidas; porque nuestras vidas se mueven en un corto plazo y la historia americana deberá escribirse con toda urgencia.

Su ejemplo, su vida nos dicta hoy que trabajemos sin descanso, recordemos que él despejó la incógnita, que solo podrá despejarse con su acción revolucionaria, con el vacío de su muerte y con la enseñanza de su holocausto, de su histórico impulso, de su muerte prematura y la premura con que se nos fue, porque la explotación y el coloniaje si no encuentran resistencia fuerte, podían adoptar como en el pasado nuevas y modernísimas formas de expresarse.

La guerrilla no ha muerto. –No morirá y de cada uno de nosotros dependerá esencialmente que pueda avanzar y triunfar–.

El Che pasará a la Historia como el marxista que con su vida, con su ejemplo y con su pensamiento destacó con mayor fuerza el valor del Hombre, de lo subjetivo en la Historia.

Si me preguntaran cuál fue su aporte principal, yo podría describir muchas anécdotas del Che. Pero ¿qué es lo más importante en el Che? Cada cual puede tener una visión distinta. Aquellos que le conocieron pueden tener mil y una interpretaciones y criterios. Pero los que, como yo, sabíamos que él no confiaba al principio [que fuéramos] suficientemente revolucionarios. Le comprendimos porque le conocimos de muy diversas formas y desde ángulos distintos y siempre le admiré como un héroe.

Siempre le admiré, le quise y le admiré como se admira y quiere a los gigantes de la Historia Americana. Quiero expresar un criterio sobre lo que tenía alguna razón principal el Che, porque el Che fue quien por primera vez en la evolución del marxismo llegó más lejos en la consideración del papel de lo subjetivo en la Historia y digo subjetivo para que algunos esquemáticos y liberales me entiendan. –En realidad debería decir el papel del hombre como individualidad en la historia–. Porque, desde luego, no se trata de la fría retórica, ni siquiera de la expresión propiamente, ni de la terminología fría del manual. Para entender el papel del hombre en la Historia hay que leer y estudiar “El Socialismo y el hombre en Cuba”.

Para comprender la dimensión de su importancia hay que valorar lo que ha perdido la América y los pueblos todos con la muerte del Che Guevara.

Como la teoría marxista surgida en países de otros niveles de desarrollo económico, donde el papel de lo subjetivo se lo atribuían a leyes económicas objetivas, el Che tuvo que llevar a cabo una dura lucha a muerte contra el provincianismo y los negadores de la ciencia, tuvo que levantar en alto la importancia y el valor en última instancia decisivo de las leyes sociales y económicas.

No olvidemos que el aporte principal del marxismo fue brindarle una teoría y método científico a la lucha de los explotados contra sus amos. Explicarle en esencia la raíz y el carácter económico de las relaciones sociales.

Marx y Engels tuvieron que escribir tanto del contenido materialista, en la importancia de las leyes sociales e históricas de su doctrina filosófica, que no pudieron valorar con igual fuerza la importancia de otros factores. Pero ¡no se escandalicen los dogmáticos!, esto me atrevo a escribirlo porque lo dijo Engels. Ya entonces algunos más me pueden creer, no obstante que aunque el genio de Engels no lo hubiera planteado, era de todas formas verdad.

El marxismo se desarrolló como doctrina y se prostituyó después, porque quedó empobrecido, limitado científicamente y fue separado de la clase obrera en los países capitalistas avanzados-desarrollados de Europa. Pero en un mundo que había dejado de ser simplemente Europa, exigía y reclamaba una interpretación nueva y rica del marxismo. Ya en Lenin hay algunas contundentes alertas y un análisis exhaustivo del fenómeno sobre los pueblos del Oriente…, y él no conoció desde luego el desarrollo del capitalismo en América Latina.

Marx planteó su doctrina en términos de un continente y su genio creador extraordinario vio tan claro la montaña, que creyó que la tenía frente a él. Sin embargo, a la humanidad le quedaba transitar todavía un largo y terrible recorrido para llegar a la montaña. El marxismo, como teoría de la Revolución en la práctica, tenía que aplicarse en una dimensión como lo que Marx no soñó concebir y tenía que aplicarse durante el transcurso de un tiempo mucho más dilatado que lo que Marx creía y pensaba.

En la nueva etapa la cuestión adquirió un carácter que solo el genio de Lenin pudo descifrar con estudio y riguroso sentido marxista. Pero muerto Lenin poco o casi nada logró aportarse después, ante ser capaces de descifrar el enigma de cómo aplicar el marxismo frente a situaciones totalmente nuevas y extraordinariamente complejas y en la nueva complejidad, el papel que iba a desempeñar el héroe en la Historia iba a ser extraordinariamente mayor. Y el marxismo con sus leyes científicas pareció insuficiente e incapaz de develar el gran drama de los pueblos en la época de la construcción del socialismo en la URSS y el desarrollo del imperio, paradójicamente en el mundo subdesarrollado.

No es que tales leyes no existieran, no es que los acontecimientos obedecieran al azar. Es que la complejidad infinita del problema requería de un hecho sobresaliente o de un genio como Marx o Lenin, para entender y encontrar el camino en medio de una infinita madeja de hilos tejidos por la historia y los sucesos –incomprendidos por los hombres–.

Pero ¿dónde estaba la clave del enigma? ¿Dónde estaba la esencia del problema? Era más difícil resolverlo para los marxistas, porque ellos se habían acostumbrado a esperar que las leyes inexorables de la Historia le trajeran en fuente de plata las condiciones para una Revolución Universal que no llegó jamás, a no ser en forma de chispazos aislados y en forma enteramente desconocida para ellos, pasando por China y Cuba.

La solución estaba en los hombres y en su decisión de combatir y en el genio que devolviera el camino y cuando surgió su capacidad para combatir. Las revoluciones necesitan héroes con capacidad de genios para dirigir y para valorar y transformar el curso de la Historia.

Pero no se les dio importancia a los héroes. Se le dio importancia al Partido. Se sustituyó lo real y humano por lo abstracto y lo formal. A veces pienso en la cantidad de hombres extraordinarios que sucumbieron o fueron destruidos por el mecanismo absurdo de los partidos. Y que fue el Che, quien con su ejemplo y su valor lo ha dejado en claro. Pero harían falta otros héroes marxistas buenos, morales y capaces, tal y como lo fue el Che, porque él fue eso, un Héroe del Comunismo Universal, un Mártir del Comunismo Universal. El con su acción y su ejemplo, con su resistencia a la tiranía y amenazado en solitario en el cono sur del continente americano ha servido de guía universal para todos los que piensan en un mundo nuevo.

Con su muerte enseñó el camino de los mártires y de los héroes de la época nueva; en la época que el camino para la lucha en defensa de los puros ideales del socialismo y la redención es el camino de los héroes y de los mártires. Esta es la enseñanza que el Che nos ha dejado para los hombres revolucionarios de América y del mundo.

Claro que esto no es lo nuevo del Che, porque el Che también ayudó a forjar los nuevos caminos para llegar al comunismo. En una forma tan profundamente marxista y tan clara y consecuente que pasará a la historia como el más grande pensador y filósofo de su época.

Su destino y sus ideas revolucionarias tienen la fuerza del que defiende con su propia vida su verdad, a pesar de quienes van levantando obstáculos demasiado grandes para alcanzar sobre ellas el fin, tal como dice la frase de Martí.

El Che fue un héroe, guía y mártir de la causa sagrada del comunismo. Fue uno de esos hombres que se adelantan en la Historia. Su vida ya no puede olvidarse, su muerte nos empuja para pretender desde cualquier rincón del mundo tratar de seguir su ejemplo luminoso y tratar de seguir su ejemplo como el gran hombre del siglo xxi. El hombre que se convirtió en leyenda. La leyenda que se identifica con la Historia. Y no se le vencerá nunca. Hombres así surgen en las condiciones económicas y sociales de nuestra América. La América que dio en días, épocas, hombres tan grandes como el Che.

El sentimiento universal del Che genuino de cuna americana porque aquí se han creado fuerzas cubanas de carácter universal. Pero ello es tema para otro momento. Solo he querido señalar aquí, porque el Che, para mí, es el héroe y el mártir más grande de este milenio. Lo es porque despejó una incógnita. La incógnita que solo podía despejar la grandeza singular del Che.

Lo más hermoso que yo encuentro en su vida fue que enseñó como nadie (más que nadie) que un hombre de profundos y sabios pensamientos, es antes que nada, eso, un hombre.

Notas

1 Manuscrito que escribió el Dr. Armando Hart tras la muerte del Che en 1967.

 

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