En 2018 empecé un curso-taller llamado Metodología de la Historia para historiadores no profesionales. Iniciativa que surgió a raíz del interés de la gente, que tras leer alguno de mis textos, visitaba mi oficina para preguntarme cómo ahondar sobre aspectos históricos de sus pueblos y de sus familias.
Se formó un grupo numeroso que después se fue reduciendo, pero quedó una decena de entusiastas y apasionados de la historia de Yucatán, entre ellos Raúl Casares G. Cantón.
Todos tenían un tema de investigación, ya sea algún personaje, su familia o su pueblo. Algunos incluso contaban con sus archivos familiares, en realidad solo necesitaban algunas herramientas para poner orden a sus trabajos. Revisamos algunas obras clásicas en el gremio de historiadores, entre los que se cuentan Luis González, El oficio de historiar; Carlo Ginzburg, El queso y los gusanos; Eric Hobsbawn, La invención de la tradición, además de textos que tratan sobre biografía, relaciones familiares, etcétera.
Al mismo tiempo redactaron un proyecto de investigación, el cual brinda los cimientos para la construcción de la obra: justificación, delimitación, objetivos, preguntas, respuestas (hipótesis) y, por último, un índice tentativo. Asimismo, les alenté a ir al archivo y perderle el miedo, a leer otra bibliografía para comparar, enmarcar en una época, aprender a diferenciar el trabajo personal del de otros, a poner orden. Muy importante enseñarles a citar, uno de los aspectos más complicados pero esencial en un trabajo científico.
El objetivo fue brindar herramientas, finalmente todo el trabajo de investigar, redactar, fue obra de los asistentes. Ahora, solo quisiera hacer unas breves reflexiones sobre por qué aproximarse a la trayectoria de una sola persona, ¿para qué sirve?, ¿qué aprendemos?
La primera causa puede ser familiar, como el caso de Raúl Casares, si tienes las cosquillas de tus antepasados –sucede mucho aquí en Yucatán–, por buscar quiénes fueron tus abuelos, bisabuelos, etc. Además da la casualidad que Rodulfo G. Cantón fue un personaje excepcional, cuya presencia abarcó diversos ámbitos.
Pero la curiosidad por otra persona no es necesariamente familiar, te puede interesar el otro por múltiples razones, desde la simpatía y la antipatía. Puede ser alguien que fue sobresaliente o alguien que pasó su vida sin hazañas especiales. Sea quien sea, las preguntas básicas están ahí: ¿En qué condiciones nacieron? ¿Quiénes fueron sus padres? ¿Qué pasaba en el mundo cuándo eran niños? ¿Qué educación tuvieron? Una vez que crecieron, ¿a qué se dedicaron? ¿Con quién se casaron? ¿Quiénes fueron sus hijos, si los tuvo? ¿Quiénes eran sus amigos, socios, enemigos? ¿Qué decisiones tomó? ¿Qué incertidumbres vivió? ¿Qué tácticas y estrategias desplegó ante la vida? ¿Qué pensaba del mundo que lo rodeaba? ¿Qué comían, cómo vestían? ¿Cómo se divertían? Las respuestas están ligadas a un contexto determinado; por eso sin conocer los contextos es muy difícil explicar la vida de las personas.
A través de la reconstrucción de la trayectoria de una persona también nos acercamos a situaciones sociales, económicas, políticas y culturales más amplias, locales, nacionales e incluso internacionales. Vidas como la de Rodulfo G. Cantón nos ilustran sobre el comercio de libros, el espiritismo, el impulso a las artes. De él sabemos, por ejemplo, qué opinión tenía de la ciencia, de la educación y de las revoluciones armadas. Era un hombre del porfiriato comprometido en un sinfín de proyectos, su obra refleja los preceptos de “orden y progreso”. El más ambicioso, sin duda, fue el del ferrocarril Mérida-Peto, aquí vemos al hombre tomando una decisión importante, pues tuvo que vender su librería, su hacienda Opichén y lanzarse a la empresa de la introducción del tren.
Creo que Raúl Casares logró captar a su antepasado en todas sus facetas positivas, quizá el entusiasmo no le permitió ser más crítico con él, ahondar en la parte más oscura del personaje, en sus debilidades y desaciertos. Esto se le quedará de tarea ahora que ya cuenta con todas las herramientas para realizar trabajos históricos de calidad.
El libro de Raúl Casares abre varias líneas de investigación, aquí enumero solo dos:
1) La importancia de adentrarse en la historia familiar y explorar la trayectoria de sus miembros, sobre todo cuando se posee un archivo familiar.
2) Todos los personajes, como Rodulfo, esperan ser biografiados ¿Cuántos hombres y mujeres están esperando que los desenterremos? ¡Somos todopoderosos, con la investigación histórica y con ahínco podemos ver cómo nace, crece y muere una persona!
No me queda más que felicitar a Raúl Casares por su tenacidad, su entusiasmo, su pasión por la historia y ojalá saque provecho de todo el material familiar que tiene entre sus manos. Al público, invitarlo a que lea este libro donde se narra la vida de un hombre multifacético, amante de los libros y la música.
Raúl Casares G. Cantón: Rodulfo G. Cantón. Sonata de una vida. Mérida, Libro de Piedra Editores, 2019.
laurama@ciesas.edu.mx