Clasificado actualmente como uno de los países con una estupenda estrategia contra el coronavirus, Mongolia cuenta con un récord extraordinario a nivel mundial dado que desde que comenzó la pandemia de COVID-19 no ha registrado ni un sólo caso o muerte que se deba a ello. Incluso cuando era considerado como un país vulnerable, Mongolia aún ubicado de manera muy cercana a China, actuó de manera eficaz a través de un método que a la fecha le ha significado que la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo reconozca, además de llamar la atención entre las demás naciones.
Con tan sólo 3.2 millones de habitantes, dicho país se caracteriza también por mantener negocios con Corea del Sur, al grado en que entre ambas naciones hay un intercambio importantes de trabajadores. Incluso con esa característica, el país mongol tomó todas sus previsiones desde el primer momento, pues en su capital, Ulán Bator cada noticia en relación al brote fue tomada en cuenta, ello considerando fechas cruciales en la dispersión del virus a lo largo del mundo. La primera semana de enero fue crucial en materia informativa, pues en Pekín se confirmó la existencia de la COVID-19.
Casi para finales de enero las autoridades chinas confirmaron la existencia del virus, además de informar que éste tenía la capacidad de transmitirse entre humanos, aunque para esas fechas sólo existían 200 casos registrados. Por ello, al recibir tales noticias de los países aledaños al suyo, Mongolia hizo cierre de escuelas desde el 24 de enero, además de establecer restricciones de viaje desde China, ellos desde el 31 de enero, para después dar un cierre total de fronteras, que incluyó todo viaje vía aérea que también incluyó las vías férreas o de transporte terrestre.
Incluso sus fiestas más importantes fueron canceladas, como la del Año Nuevo Lunar, ello les permitió contar con mejores tiempos en relación a los demás países, además de marcar lo que podría ser una estupenda pauta en materia de medidas tempranas y firmes, además de un sistema de rastreo de casos en la detección de contagios para enfrentar cualquier posible problema.
La vigilancia multisectorial que realiza el país mongol, hace posible que se detecte cualquier tipo de incidente, además de contar con alertas que no sólo incluyen a los organismos sanitarios, sino también a los medios de comunicación de manera que toda la sociedad esté al tanto de lo que ocurre.
Por ende, el sistema sanitario de Mongolia, es un ejemplo de política pública para el mundo, especialmente por su planeación, implementación y capacidad de evitar la COVID-19 en su terreno, al tiempo que cuidó de su ciudadanía.
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