Luego de que ayer se conociera el escándalo que atravesó Rafael Amaya en Tijuana, su manager Karem Guedimin salió a aclarar el aparente estado de delirio que atravesaba el actor, donde creía que era perseguido para ser secuestrado.“Él nada más pidió un Uber en una gasolinería que estaba ahí, él salió a pedir un Uber e iba a una dirección. Lo ponen ahí como en una zona residencial, y estaba por ahí su departamento, eso es lo que realmente pasó”, explicó en el programa Suelta la Sopa.
Además, el representante del actor contó lo afectado y molesto que se encuentra Rafa por todo lo que se dijo de él. El protagonista de ‘El Señor de los Cielos’ quiere salir a hablar con la prensa pero no ahora, porque lo van a acosar con preguntas sobre su rehabilitación y no quiere hablar de ello.
“Rafa estaba enojadísimo, en algún momento él dijo voy a hablar, pero yo ahorita no estoy en condiciones de hablar porque yo lo que quiero hablar es puras cosas bonitas y todo lo que voy a hacer y no estar hablando de mi tema de rehabilitación, que para mí es un proceso que no es algo que sea fácil de hablar. Entonces me dijo ‘cuando yo quiera voy a hablar, yo voy a hablar de algo que ya voy a empezar a hacer’”, concluyó el manager de Amaya.
Por más que el manager Karem Guedimin tenga la buena intención de limpiar la imagen del actor, sus declaraciones no fueron nada estratégicas ya que se difundió el video del suceso por la web. En el clip se puede ver a Rafael Amaya muy alterado y con movimientos exagerados hablando por teléfono, mientras un grupo de personas y un oficial intentan calmarlo.
Pero como contracara a este hecho, hace horas Tony Hernández subió a su cuenta personal de Instagram, una imagen de él junto al actor Rafael Amaya almorzando. La descripción de la publicación expresaba: “Hoy me tocó compartir una comida junto al señor de los cielos @rafaelamayanunez la neta un señorón totalmente diferente al que nos pintan los medios”. Fanáticos esperan que el artista salga a aclarar los hechos y se preocupan por su bienestar.
Con información de El Heraldo de México.
FDCA