No es que la ficción haya superado la realidad, sino que la vida real ha sido inspiración de varias series que hoy vemos en televisión, como el nuevo drama de Netflix “Dahmer”, pero ese no es único asesino en serie que ha existido en los últimos años, en México tenemos varios casos y uno de ellos fue el de “La mataviejitas”.
Se trata de Juana Barraza quien en 2008 fue condenada a 759 años de prisión por al menos 17 asesinatos, todos de ancianas, este fue uno de los casos con una de las condenas más larga en la historia de México.
Barraza es originaria de Pachuca, Hidalgo, su historia de la infancia está llena de drama, ya que su padre las abandonó el mismo día que nació. Tenía un hermano y junto con su madre se fueron a la Ciudad de México cuando ella apenas tenía tres meses, pero ahí la historia no cambió, su madre se volvió a casar, se volvió alcohólica, su padrastro le prohibió asistir a la escuela, ya que consideraba que las mujeres no tenían que estudiar para ser amas de casa.
En una de esas borracheras su madre la cambió por tres cervezas, ahí sufrió abuso sexual y quedó embarazada a los 13 años. Al final su madre murió de cirrosis hepática y ella siempre le tuvo un gran rencor, pero esa no fue la peor etapa de su vida, sino la muerte de su hijo José Enrique, a quien mataron en una riña a los 24 años.
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Fue una luchadora en el ring
A los 30 años Juana comenzó una carrera profesional como luchadora, bajo el nombre de “La Dama del silencio”, pero una lesión en la columna la alejó de los cuadriláteros, ya que si se mantenía luchando corría el riesgo de quedar inválida, así que decidió seguir en el ámbito pero como promotoras de lucha libre y es por eso que posee un cuerpo atlético y poco femenino.
El largo camino de asesinatos
En 2003 comenzaron a darse varios casos de asesinatos donde el principal modus operandi afectaba a personas de la tercera edad, eso empezó a despertar interés entre las autoridades e incluso ya comenzaba a haber reportes de que se trataba de una persona algo robusta e incluso se llegó a creer que era alguien transgénero pues tenía una espalda muy ancha.
Su detención se dio luego de cometer un crimen, el de Ana María, una viejita de 82 años a quien estranguló, pero fue descubierta el 25 de enero de 2006, siendo esa su última víctima.
Hoy Barraza está detenida en Santa Marta y dentro del penal vende comida, esperando salir a los 98 años, justo cuando cumple 50 años de prisión y pueda continuar en arresto domiciliario su condena de más de 700 años.
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